Fue en abril de 2021 cuando la Guardia Civil detectó una agresión al medio ambiente en una parcela próxima a la capital albaceteña. En este terreno se había realizado un vertido de tierras, procedentes de excavaciones en obras de la capital, que ocupaba una extensión aproximada de dos hectáreas, observándose meses después la roturación de otra parcela de unas 34 hectáreas, cercana a la anterior, declarada como pastos permanentes.
La Guardia Civil pudo averiguar que en las parcelas afectadas existían poblaciones de especies de flora protegida, concretamente tres especies catalogadas como 'vulnerable', y otras dos de "interés especial", afectando de igual forma hábitats protegidos de estepas salinas mediterráneas, así como de tomillares y matorrales, ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
La especie 'senecio auricula', presente en el paraje afectado, habita en una extensión de unas 32 hectáreas, siendo éste el área más extensa de Castilla-La Mancha.
Las especies de flora afectadas se encuentran catalogadas en el Decreto 33/1998, de 5 de mayo, por el que se crea el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha.
Tras la confirmación del grave daño causado con esta actuación, se realizaron distintas gestiones, que permitieron identificar, localizar e investigar a dos personas, responsables del vertido de tierras, y dos meses después a otras dos, relacionadas con la empresa propietaria de la parcela roturada.
Destruir especies de flora silvestre protegidas constituye un delito contra la flora, la fauna y los animales domésticos, tipificado en el Código Penal, pudiendo conllevar penas de prisión de 6 meses a 2 años o multa de 8 a 24 meses, e inhabilitación especial para profesión u oficio por tiempo de 6 meses a 2 años.
Si (
No(
