En el mes de enero la Guardia Civil tuvo conocimiento de un incremento en los delitos relacionados con la sustracción de catalizadores en los municipios de Villena y Novelda, por lo que los Puestos Principales de dichas localidades, dieron inicio a la operación Catabul.En una primera fase, los agentes tras analizar de forma minuciosa toda la información obtenida, llegaron a la conclusión que estaban ante una organización criminal de ámbito nacional que operaba desde el distrito madrileño de Puente Vallecas. Para completar los datos de los miembros identificados, se solicitó información a la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol).
Modus operandi, organización y jerarquía
Los miembros designados para robar los dispositivos se desplazaban semanalmente por toda la geografía española. Se alojaban en hoteles apartados para poder actuar en la misma noche en varias localidades limítrofes, y disponían de un conductor que no dudaba en elevar la velocidad del vehículo en hasta los 180 km/h por vía interurbana.
En la cúspide de la organización, estaba el líder y, justo por debajo el encargado del aparato logístico, el cual se dedicaba a adquirir los vehículos utilizados y a reservar los alojamientos.
El alto grado de especialización de la banda quedó evidente tanto en la forma de desarrollar la actividad delictiva como en las técnicas que utilizaba para intentar evadir la acción policial. Con la finalidad de obstaculizar los seguimientos policiales, los miembros de la banda iban alternando salidas de España con destino a otros países de Europa.
Una vez identificados todos los miembros de la banda y obtenidos los indicios necesarios para acreditar la participación de todos ellos en los delitos cometidos, el pasado día 24 de mayo se realizó la fase de explotación de la operación.
Por un lado, los agentes realizaron dos registros en el barrio madrileño de Puente Vallecas, uno en un edificio donde tenían la base de operaciones y otro en un local próximo donde guardaban las herramientas utilizadas para los robos y diverso material sustraído. De manera simultánea, en un hotel de la localidad de Ibi, los agentes detuvieron a tres miembros de la banda cuando regresaban de robar diversos catalizadores.
De ambos registros los agentes intervinieron diversas herramientas utilizadas para los robos, 70 gramos de metanfetamina de cristal, varios terminales de telefonía móvil, cinco vehículos de gama media, 17.000 dólares americanos y otras cantidades económicas en diversas divisas.
Al día siguiente en el municipio de Quintanar de la Orden (Toledo), se realizó una inspección en una finca frecuentada por la banda, hallándose un criadero ilegal de perros. Se intervinieron 12 canes de las razas american bully y pastor alemán checo.
La operación se ha saldado con la detención de todos los miembros de la banda, cinco varones, todos ellos de nacionalidad rumana y de edades comprendidas entre los 20 y 47 años de edad y con antecedentes por hechos similares. Se les imputan el delito de pertenencia a grupo criminal, 150 delitos de hurto y un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, además se han levantado diversas actas administrativas por ejercer la actividad de cría de canes sin las correspondientes autorizaciones administrativas.
Por un lado, el Juzgado de Guardia e Instrucción de Madrid decretó el ingreso en prisión del líder y del jefe del aparato logístico que fueron detenidos en Madrid, mientras que los tres detenidos en Ibi fueron puestos a disposición del Juzgado de Guardia e Instrucción de Ibi, decretando la libertad provisional de todos ellos con la imposición de medidas cautelares.
Se han podido esclarecer robos en las provincias de Álava, Albacete, Alicante, Asturias, Badajoz, Castellón, Huelva, Jaén, La Rioja, Lugo, Murcia, Salamanca, Santander, Tarragona y Valencia.
De forma paralela, los agentes han puesto a disposición judicial más de 10.000 catalizadores de dudosa procedencia, estando algunos de ellos relacionados con los detenidos, por lo que no se descartan que aparezcan más afectados.
La función principal de los catalizadores de nuestros vehículos es la de reducir la contaminación producida al expulsar los gases al exterior. El aumento de los robos de estas piezas, se ha debido al aumento de los precios de los metales que lo componen, como el paladio y el platino, que actualmente el precio del gramo sobrepasa los 50 y 30 euros respectivamente.