Sea cual sea la época del año, disfrutar de un buen dulce es una idea estupenda.
¿Quién puede resistir la tentación de pasar por una tienda de chuches y no comprar algún capricho? Quizás no recordabas que en casa te quedaban algunas gominolas, unos ositos de goma o unas nubes dulces y has acumulado más de la cuenta. Si necesitas algún consejo para que no se pongan duras, aquí te lo contamos todo.
No todas las golosinas duran el mismo tiempo
Antes que nada, debemos distinguir qué tipos de golosinas tenemos en casa y cómo las vamos a conservar. Es necesario saber que no todas las chuches duran el mismo tiempo y, en parte, esto dependerá de sus ingredientes.
Las golosinas más populares son aquellas cuya base es el azúcar y que resultan ser las que antes pierden la textura inicial. Esto es debido a la pérdida de humedad. Las más susceptibles a ello son aquellas golosinas que van recubiertas de azúcar: como los fresones, las botellas de cola o los ladrillos, entre otros muchos.
Sin embargo, este deterioro no se producirá tan rápido si llevan un envoltorio individual. Eso sí, es necesario que este envoltorio esté bien cerrado para no entrar en contacto con el aire, que es lo que realmente hace que la golosina se seque y, por lo tanto, se endurezca.
Algunos trucos para conservar las golosinas
El truco general para todas las golosinas es evitar que entren en contacto con el aire y así frenar la pérdida de humedad, que es el auténtico conservante. Sin embargo, dependiendo de la chuche que sea, así podremos aplicarle uno u otro truco.
Gominolas, caramelos de goma y gelatinas
Suelen venderse a granel, aunque también las encontramos en bolsas con varias cantidades e, incluso, en algunos casos, envueltos de forma individual. En este último caso no tendremos que hacer nada, ya que se conservarán perfectamente siempre que no retiremos el envoltorio.
En el caso de tratarse de una bolsa con varias piezas, debemos saber que una vez abierta hay que cerrar la bolsa de nuevo, algo que resulta bastante complicado, porque lo más fácil es que se cuele el aire por algún lado. Lo mejor es utilizar un tarro hermético, que colocaremos en un lugar fresco y seco.
Los chocolates
Debes saber que los chocolates puros o amargos suelen durar mucho más que aquellos otros que llevan mezcla en su composición como el blanco o el de leche. Una vez abierto el envoltorio, el lugar ideal para conservarse, especialmente en verano, es el frigorífico.
Los caramelos clásicos, chupa-chups y chicles
Por regla general, todos ellos vienen envueltos de forma individual, por lo que su conservación es sencilla y su vida, casi eterna. En el caso de que no fuera así, y carecieran de papel, emplearemos el mismo truco que con las gominolas, es decir, introducirlos en un tarro hermético para evitar el contacto con el aire.
Saborear una buena chuche de vez en cuando es uno de esos placeres que hacen que la vida se vuelva más dulce.
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