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Hay que acabar con esto (II)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 08 de febrero de 2023, 06:15h

Y mientras estamos ojo avizor a fin de dilucidar si son galgos o podencos, o pachón o gorrino, si terrorismo salafista o crimen pasional, en relación con el asesinato del Sacristán de la Iglesia de La Palma de Algeciras, llevado a cabo por un magrebí o moro, perdón, “por un individuo con rasgos diferentes a los nuestros”, para no caer en lo políticamente incorrecto, la Secretaria General de Podemos y Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2.030, Ione Belarra (que parece habérsele subido a la cabeza su panegírico hace tiempo, en La Razón, por parte del ya viejo chocho, Luis María Ansón), pone a caer de un burro a los empresarios en general (que “se están forrando”, según la Ministra de Trabajo, la besucona Yolanda Díaz), y en particular a las grandes superficies Mercadona y Carrefour, a las que llama “indecentes”, tachando a Juan Roig de “capitalista despiadado” por “llenarse los bolsillos” con la crisis de Ucrania (que la guerra de Ucrania tanto vale para un roto que para un descosido), el Gobierno multiplica por tres la deuda de la Seguridad Social, la Deuda Pública brinca del billón y medio de euros, los responsables del Golpe de Estado del 1-0 son indultados, mientras son llevados al banquillo 45 policías, que garantizaron el orden durante el referéndum ilegal, Feijóo se limita a lanzar la quimera de que gobierne la lista más votada y promete derogar el sanchismo en los primeros cien días de su hipotético Gobierno (recordemos que esto ya lo prometió Mariano Rajoy Brey y todo quedó en aguas de borrajas), y, aunque hay mucho más, por ahora, nuestro Monarca, Felipe VI sigue a la Luna de Valencia, escurriendo el bulto, dejando a los españoles y a España al pie de los caballos, sin mover un dedo ni una ceja, dicen que porque el Rey no puede meterse en política, contrariamente a lo que hizo su padre, el Rey Emérito, Juan Carlos I (que será lo que será, con consentimiento y conocimiento de quienes ahora le denigran), cuando vió en riesgo a la Nación, la noche del 23-F, echándole huevos, salió a la palestra tomando partido a favor del Orden Constitucional (el cual, por cierto hace muy bien en domiciliarse en Abu-Davi, para evitar futuros acosos de la Agencia Tributaria y dar una coz a quienes le tienen exiliado en el país árabe sin dejarle volver a su país), e incluso, el, propio Felipe VI, que si no puede meterse en nada, dejando a España y a los Españoles en manos de no poca gentuza, sí que ha defendido el compromiso de España con Ucrania, según dice, “desde el principio”, en el ámbito bilateral y unilateral, “tanto con el suministro de equipamiento militar, como de material humanitario necesario ante los indiscriminados ataques rusos sobre las infraestructuras civiles”, declaraciones realizadas en la mañana del jueves 26 de Enero, durante la recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España, horas después de que se diera a conocer que el Gobierno ultima los detalles de envío de carros Leopard a Ucrania, que por el estado de ruina que presentan, deberían entrar en el ámbito de “La Guerra de Gila” (“Sr. Putin, haga el favor de no atacar hasta que hayamos reparado los tanques”). Si esto no es meterse en política, que venga Dios y lo vea. Claro que Ucrania, queda muy lejos, y, sin embargo en lo que afecta directamente al pueblo español, calla como un bellaco, sin decir ni mú, ítem más, con el chantaje que el Rey de Marruecos, Mohamed VI, ejerce sobre el Presidente, el Pseudo-Doctor-Sánchez, que da qué pensar lo que le descubriría el monarca alauita en la interferencia sobre el móvil de aquél. Debe ser secreto de Estado y muy secreto por lo que se vé.

E, incidiendo en las relaciones internacionales, concretamente, en el binomio España-Marruecos, o más bien, por lo que nos sacan y nos adelantan varias cabezas, MARRUECOS-ESPAÑA el último episodio ahondando más en el ridículo y esperpento llevado a cabo por la Delegación Española, en su viaje a Rabat, encabezada por nuestro propio Pseudo-Doctor-Sánchez y doce (u once, porque, al parecer, uno de ellos se dio de baja en el último momento, quizás atisbando lo que allí iba a ocurrir), y un grupo de empresarios, en cuyo episodio pasó lo que tenía que pasar: una vez más nuestro flamante mindango Presidente del Gobierno, ha sido ninguneado por parte del Rey de Marruecos, Mohamed VI, continuando con la saga que tuvo sus inicios o comienzo, en la anterior visita de nuestro mandamás, el pasado 7 de Abril de 2.022, a fin de rendir pleitesía y someterse al Monarca alauita, que sentó al Presidente y a Jaimito, o sea, el Ministro de Exteriores, José-Manuel Albares, poco menos que a ras del suelo, rozándoles las rodillas en la barbilla, mientras el monarca marroquí se alzaba sobre un trono al uso, resaltando por encima de la figura de nuestro nuevo Don Quijote. Una imagen que vale más de mil palabras, poniendo de relieve la total sumisión y vasallaje de nuestro prohombre al Rey Mohamed VI, y en cuya recepción, para mayor inri, otro signo de sometimiento, ondeaba, más bien colgaba, la bandera española boca abajo, señal inequívoca de la bajeza con que aquél atiende y recibe a nuestros máximos representantes, lo que se quiso tapar, para no desairar al sátrapa marroquí, como fallo técnico de protocolo, cuando en estas reuniones, se cuida todo al más mínimo detalle y con una gran antelación, precisamente para evitar lo que ocurrió, que no lo fue sino voluntaria y manifiestamente perpetrado por los encargados del protocolo marroquí.

Y, de nuevo, se volvió a las andadas, en esta segunda visita, rendida (nunca mejor dicho) por nuestros gerifaltes al reino de Marruecos, el pasado 1 de Febrero del mes en curso, en la que ya destacó la cara descompuesta de Pinochón (ya saben, un Falcón para él y su señora, y una docena o quizás ya dos, para sus napias, que día a día baten récords mundiales), bajando por la escalerilla del Falcon, cara de circunstancias, con una sonrisa impostada, tragando saliva y tratando de disimular su contrariedad y, consiguientemente, su ira, cuando fue consciente y comprobó que al pie de dicha escalerilla, en vez de esperarle Mohaned VI, como mandan los cánones de la diplomacia más reputada, conspicua e insigne, le hizo los honores y la recepción, poco menos que el conserje del Palacio Real Marroquí. Un duro golpe para el ego, la codicia, la ambición y el egocentrismo del Pseudo-Doctor, hecho al que inmediatamente quisieron poner cataplasmas desde la cohorte del mismo, principalmente por Jaimito, o sea, el Ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que a la manera como salen los subalternos ante la cogida del maestro, matador de toros, cuando éste es cogido y zarandeado por el cornúpeta o morlaco, raudos y veloces, o sea, en tromba, para evitar males mayores, salió por peteneras, quitándole hierro al desaire, y proclamando que estaba previsto tal desplante, porque así se había pactado, con lo que consiguió lo contrario de lo que quería conseguir, es decir, echarle más mierda al desdén, a la grosería, a la descortesía, al desprecio, al menosprecio, a la desatención, cuando, en realidad, hay que reconocer que, una vez más, la cagaron, y que Mohamed VI tiene cogido por los huevos al Pseudo-Doctor (a cuenta del Pegasus que se apoderó de los secretos, quizás, por lo que se ve, innombrables y, a lo mejor, delictivos, contenidos en los máviles del interfecto y el de su señora), convirtiéndole en una marioneta que baila al son que aquél le toca, tomándole el pelo de manera rastrera, cruel y despreciable, con el comienzo de esta película (no sé ya si es de terror o de risa, o ambas cosas a la vez) cuando el Pseudo-Doctor-Sánchez para evitar males mayores y salvar el culo propio y el de su señora, por sí y ante sí, de una manera súbita, inesperada y, en cierto modo, caprichosa, sin contar con su partido, ni con el Parlamento, Congreso y Senado con la oposición ni siquiera con el Jefe del Estado, Felipe VI, dio un vuelco inesperado, súbito y repentino e insospechado, a la posición tradicional del Estado Español sobre el Sahara Occidental y su posible autodeterminación, entregándole la soberanía de la excolonia española, a Marruecos, o sea, a Mohamed VI, enemistando a Argelia, que nos la tiene jurada y nos ajustará las cuentas, que ya ha empezado ajustar, perjudicando las inversiones españolas en dicho país, amén de perjudicar el envío de gas y petróleo desde el mismo, aprovechándose de tal desatino, Italia y Francia.

Y es que, a la fuerza ahorcan y al final a cada cerdo le llega su San Martín, Allá quedó desangelada, sorprendida y desconsolada la comitiva o corte de doce/once ministros de España, con su Presidente a la cabeza, con las cejas en el cogote, salvo para Jaimito, o sea, el Ministro de Exteriores, José-Manuel Albares, que, en su papel, estaba más contento que unas pascuas, tal como un chiquillo con zapatos nuevos.

Patética fue la imagen del Pseudo-Doctor-Sánchez, dirigiéndose a no se sabe muy bien a quién, a una monumental foto a su diestra de Mohamed VI, para mayor recochineo. Simplemente ver la cara de Sánchez era todo un poema, pues tuvo que tragar carros y carretas, sapos y culebras para no desairar al Monarca Anfitrión, que al final no lo fue, el cual, por cierto, no es que estuviera en otra cumbre o atendiendo asuntos graves e inaplazables, sino que se fue de vacaciones a su Palacio en Gabón, desde donde, dicen las fuentes oficiales españolas, llamó por teléfono a nuestro primer espada para prometerle una visita con mayor acogida, sin que sepamos si era el Monarca en persona el que hizo tal llamada, o si era otro Lacayo de éste, para mayor recochineo y tomadura de pelo, y agarrándose a un clavo ardiendo, una Jaimitada más, ya que para el Ministro de Exteriores, esa llamada demuestra la implicación del Monarca Marroquí en la relación bilateral con España, o sea, que el que no se conforma es porque no quiere para mayor inri, la placa de presentación de nuestro inefable Pseudo-Doctor, rezaba así “M. Pedro Sánchez / PEREZ-CASTEJON”, parte en minúsculas y parte en mayúsculas, y es que a nuestro prohombre Mohamed VI le tiene tomada la medida.

Ni qué decir las huestes socialistas (que no las podemitas) y los medios de comunicación afines (esos que pastan en los jardines de La Moncloa) calificaron el encuentro de “CUMBRE HISTORICA”, desde luego histórica fue, pues jamás Mohamed VI dejó plantado a ningún otro Presidente de España.

Y es que hay que echar mano del latiguillo de José Mota: “Si hay que ir se va, pero ir p´aná, es tontería”

Pues eso, jarabe de palo.

ALBACETE, a 8 de febrero del 2.023

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