No hay dudas de que en las últimas semanas el Albacete Balompié afrontaba un calendario más que complicado. De hecho, los resultados en los encuentros más recientes así lo han demostrado.
El conjunto manchego caía nuevamente derrotado el pasado sábado ante el Racing de Santander, por 4-1, lo que suponía su segundo traspiés consecutivo y la certificación de un balance de 2 puntos cosechados de los últimos 15 en juego.
Unos números preocupantes dentro del idílico escenario que atraviesa el equipo. No hay que olvidar que el Alba es un recién ascendido, que ya selló su permanencia hace tiempo y al que solo le queda soñar con cosas importantes. Pero precisamente es en este sentido donde nace esa preocupación.
El colchón de puntos que mantenían Rubén Albés y los suyos con respecto a sus perseguidores más inmediatos se ha esfumado. Es más, el triunfo del Cartagena sobre el Mirandés en el día de ayer (1-0) ha permitido al cuadro efesé arrebatarles a los manchegos esa jugosa sexta posición que otorga el último billete para la disputa del playoff de ascenso.
Ahora, tras 35 jornadas disputadas, el Albacete es séptimo con 52 puntos, a uno de distancia con respecto al Cartagena y con tres de ventaja con el Burgos. Por tanto, los albacetistas están obligados a revertir cuanto antes esa mala dinámica en la que se han instaurado, si no quieren poner en peligro esa soñada participación en la fase de ascenso a Primera División.
La siguiente prueba en el camino será el Eibar, que visitará este viernes 14 de abril el Estadio Carlos Belmonte en calidad de líder de la Liga SmartBank. Esta será una buena oportunidad para que el Alba dé un golpe sobre la mesa y demuestre que está muy vivo.
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