Delitos sin castigo (II)

Uno de los mayores delitos que puede cometerse es aquel que se perpetra a través de la aprobación de una Ley, a través de la cual se pretende cambiar la realidad asentada por la aplicación de la legislación en vigor, con arreglo a la cual se han juzgado unos hechos y se han dictado sentencias firmes, que han hecho que los reos de los delitos enjuiciados y considerados culpables, con todas las garantías que la propia Ley establece, hayan sido condenados a penas de privación de libertad, todo ello sin perjuicio de que por la sobreveniencia de principios legítimos que obligan a revisar las premisas en las que se basaban los hechos acaecidos, que obligan a tomar en conciencia las mismas y que, en base a ellas, se crea conveniente, cuando no se conviertan en una necesidad, deriven en el cambio de la legislación anterior que, caso de ser más benévola para el reo, lleve consigo la modificación de las sentencias firmes y en ejecución, que sean revisadas en aplicación del principio general "in dubio pro reo", o lo que es lo mismo, dar pábulo a la aplicación del principio de lo más beneficioso para el reo.

Ahora bien, cuando, partiendo del muy loable paradigma de legislar para fortalecer la defensa y la protección de las mujeres en general, tal como se ha realizado con la aprobación de la llamada "ley del solo sí es sí", se pare un bodrio del calibre de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, que entró en vigor el 7 de Octubre de 2.022, que, contra todo propósito, genera el efecto contrario, o sea, dar pie a que los condenados por los nauseabundos delitos de violación, agresión o abusos sexuales, contraviniendo los más elementales principios de seguridad jurídica y los más mínimos principios de sensatez y de sentido común, sean beneficiados, es para poner un STOP gigantesco ante la misma, la cual, como no podía ser de otra manera, es la que es, teniendo en cuenta las manos que han intervenido en su cadena de tejido, más basadas en poner de manifiesto unos nefandos y nefastos principios ideológicos, sumados a una impostura de analfabetismo estructural, de una ignorancia supina, de una falta de responsabilidad, dejando al descubierto todas las soflamas que, de una manera infantil impropia de los cargos que ostentan sus promotoras y autoras, han acabado dando pie a que, como no podía ser de otra manera, los Tribunales de Justicia, se hayan visto obligados, no sólo a rebajar condenas, sino a liberar antes de tiempo a parte de estos sujetos indeseables y abominables, pervertidos, depravados, degenerados y corrompidos, cometiendo uno de los errores más dantescos y monstruosos, por los efectos negativos sobre las víctimas de tales condenados, a las cuales se les revictimiza, que deberían llevar consigo un castigo ejemplar para los autores y coautores, o sea, el Gobierno en Pleno, Retroprogresista y nunca mejor intitulado de Criminal, pues la arrogancia de estos personajes, su soberbia, aún les incitan a declarar que la culpa de los "efectos indeseados" (tal como los ha calificado el Pseudo-Doctor-Sánchez) proceden del machismo de los Jueces y Tribunales que no han sabido aplicar la Ley, tal es la soberbia, la petulancia y la arrogancia, repito, de esta patulea de incapaces y también degenerados, que les impide pedir perdón y ponerse el mono de trabajo de una manera automática y electrónica a fin de poner coto a tal desmadre, habiendo sido ahora, cuando el PSOE se ha visto con la cuerda en el cuello ante las próximas citas electorales, dejando de lado al origen de este cáncer tabernario (Podemos), a buscar árnica en el denostado por aquél, Partido Popular, que, una vez más, poniéndose en posición de decúbito supino, ha tenido a bien sacarle las castañas del fuego al Pseudo-Doctor, no recibiendo a cambio ningún agradecimiento y sí un cierto ninguneo y desprecio por parte del mismo, cuando, con arreglo a lo exigible, el máximo representante gubernamental de esta piara de innombrables, no tuvo el más mínimo respeto por ese apoyo, y no tuvo otra ocurrencia que ausentarse el día de la votación de la proposición de ley para la reforma del bodrio el pasado jueves, 20 de este mes y año, y sin que el supremacista Sánchez, pidiera perdón a las víctimas de los delitos cometidos por quienes se están beneficiando (van 978 rebajas de condenas y 104 ex-carcelaciones, si es que no nos engañan) de los "efectos indeseados" de esta nefasta Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, petición de perdón que no se ha producido a día de hoy, pues su declaración a entrevista de Adolfo Lorente y Alberto Surio, en "El Correo", literalmente, "si hay que pedir perdón a las víctimas, yo pido perdón a las víctimas", llega tarde y mal, pues tal dicción conlleva un condicional, pues no se sabe bien si hay que pedirlo o no hay que pedirlo y que les dén morcilla a tales víctimas, por lo que una vez más, ha dejado a Núñez Feijóo, compuesto y sin novio, pues, en realidad, no ha pedido perdón real a las víctimas y además, no ha llevado consigo las dimisiones que el Líder de la oposición le exigía para ofrecer su apoyo a la reforma, la cual, como vengan mal dadas, hará responsable de la misma al propio Feijóo, que no acaba de caerse del guindo y sigue siendo ninguneado por Sánchez. Es más, ante la ausencia, e incluso antes de la misma, pero más con la impostura de ésta última, el Partido Popular debió abstenerse en la votación de la proposición de Ley de reforma, pero esto es mucho pedir a los maricomplejines populares. Y más teniendo en cuenta, que como afirma Javier Tajadura, en entrevista en el Diario "El Mundo", el sábado 22 de Abril de este año, la reforma se lleva a cabo mediante una proposición de ley, lo cual es, para muchos, un auténtico fraude en el proceso legislativo: "..cuando no se gobierna por decreto-Ley, se recurre a esos procedimientos fraudulentos, como modificar por medio de proposiciones de ley lo que había sido, en este caso, una ley aprobada tras un proyecto de ley nefasto.". Y así seguimos y Feijóo metiéndose también en el fango.

Ahora, las víctimas se plantean la posibilidad de demandar al Estado pidiendo indemnizaciones por daños físicos (tensión, ansiedad, depresión, etc) y morales: ¿no deberían pagar de su bolsillo, solidariamente todos los miembros del Gobierno y, además, ser cesado en Pleno y sometido a juicio, temiendo en cuenta que la ley, calificada por el Pseudo-Doctor-Sánchez de histórica y modélica, contraviene el principio general de seguridad jurídica y de reparación, en la medida de lo posible, del mal causado a las víctimas, que no se borra ni olvida con una simple petición de perdón, aunque sea verdadera, ni puede olvidarse el bien agraviado, que la nueva ley ningunea?

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

26 de Abril de 2.023