Para que quedara claro, delante de su mentora y admirada Hillary Clinton, el Pseudo-Doctor-Sánchez, lanzó un twuit poniendo de relieve ante, me imagino, impasible el ademán de tan excelsa y corrupta señora,:”Constatar la amenaza que los reaccionarios suponen para la democracia con su estrategia de siempre: Mentiras, bulos y discurso de odio”, lo que aquí, añadió, en España “no iban a permitir”. Y se quedó, más ancho que largo. Y me viene a la memoria, ese otro refrán, que reza: “Dime de los que presumes, y te diré de lo que careces”. O, simplemente, decir: ¡Mira quién habla”.
Y tras el parto de tal parida, con dolor o con cesárea, no sabemos bien, compareció, cual Caballero con la Mano en el Pecho, remedando al retrato que el cretense, Domenikos Theotocopouli, realizara al Conde de Orgaz y conocido como “el Caballero de la mano en el pecho”, ante los grupos parlamentarios de su partido en el Congreso de los Diputados y en el Senado, y, poco menos que, ante la coreografía y aplausos (rompiéndose las manos más de uno y una, pues sabido es, por presupuesto, que a quien no aplauda y jalee al Líder, se le cortará la cabeza) escenificar un ascenso, en cuerpo y alma, al cielo, en mímesis con el de Nuestra Madre y Señora, la Virgen María, y en el que vertió un discurso de odio de la peor ralea contra la oposición, que él, sencillamente e iluminado por Satanás, se hartó de calificar como “derecha extrema y extrema derecha”, sin darse cuenta que con ello no hacía otra cosa que despreciar a los 8.648.225 de españoles que tuvieron la lucidez de votar al Partido Popular y a Vox en las elecciones del pasado 28 de mayo.
Mas, ya sabemos que el narcisista sólo ve lo que le refleja el espejo en el que se mira, que no es otra cosa que su rostro, obviando todo lo que se mueve a su alrededor, sea a favor o en contra del mismo, por lo cual no se altera su pulso cuando lanza dardos contra el rival, que vuelven en modo boomerang sobre su cabeza, aunque lo que contienen dichos dardos sean el reflejo de su propia incapacidad para ver la realidad, con lo que le es imposible hacer autocrítica y, por tanto, rectificar y gobernar para toda la ciudadanía en general, sin exclusiones, precisamente siendo él y su tropa los que dicen luchar en pro de la inclusión, mas, ya sabemos que una cosa es predicar y otra dar trigo, siendo la consecuencia ahogarse en las propias heces de quien es excluyente respecto de todos aquellos que, ideológicamente, mantengan unos postulados y principios distintos a los del ególatra, suponiendo siempre, que éste los tenga, pues suele carecer de ellos, así como de cualquier tipo de escrúpulo.
Y como el ladrón cree que todos son de su condición, añadió una enigmática, más bien estrambótica, admonición: “Me acusarán de dar un pucherazo y querrán detenerme”, o sea, que imbuido del aromático incienso que le proporcionaron sus acólitos allí presentes, se fue de la lengua, o le traicionó el subconsciente, poniendo al raso lo que quizás pretende con esa estrafalaria cita electoral del 23 de julio. Y no hay que ser muy intuitivo y detectivesco, para entender lo que en esa mente psicópata del Pseudo-Doctor-Sánchez puede estar maquinándose, pues, hablando de pucherazos, basta recordar las primarias para acceder a la Secretaria General del PSOE en las que contendió contra Susana Díaz, donde le pillaron, como vulgarmente se dice, con las manos en la masa, amañando el contenido de la urna donde se depositaban los votos, detrás de una tupida cortina. Lo extraño, es que, después de tan sórdido intento de manipular el resultado de esas primarias, no fuera defenestrado in situ y expulsado de por vida del PSOE, partido que puso de relieve las tragaderas al uso, inhibiéndose de tomar decisión alguna al respecto, lo que, en realidad, le dio alas al tahúr de la urna. Quizás, de aquellos vientos, vengan ahora estas tempestades.
En realidad, con esas declaraciones insidiosas, dio pábulo a ese otro refrán , que encabeza el presente artículo, según el cual “Por la boca muere el pez”, el cual “advierte del daño, a menudo irreparable, que al indiscreto suele acarrearle su incontinencia verbal”, tal como expresa Luis Junceda, en su “Diccionario de Refranes, Dichos Y proverbios”. O si esas declaraciones fuero conscientemente hechas por el susodicho, bien puede decirse que sea el modus operandi, como suele ocurrir con el asesino, de ponerse al frente de la partida de búsqueda del o la víctima inocente objeto de su macabra acción.
Y una pequeña prueba de laboratorio, bien pudiera ser la compra de votos en Mojácar en las pasadas elecciones del 28 M y algún otro punto del territorio nacional, dejando fuera lo de Melilla que ya es para nota, a fin de comprobar si ese olor que al Ministro de la Presidencia Félix Bolaños, cual galgo que persigue a una liebre, en pro del triunfo de la candidatura del cabeza de lista por el PSOE para desbancar 14 años de Gobierno del PP en dicha localidad, lo fuera más bien a podrido o a perro muerto.
Y es que habrá que andar con pies de plomo respecto al voto por correo, jaleado por el propio Pseudo-Doctor, y el que, según él, dio la victoria a Joe Biden, como si ese voto fuera de mayor calidad que el depositado personalmente en las urnas, incitando a los ciudadanos a que opten por esa forma de votar, todo ello antes de conocerse el batacazo de las izquierdas en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
Hace bien la Junta Electoral en exigir el DNI por tres veces: al solicitar el voto por correo, al recibir la documentación para votar y al depositar el voto en la oficina de Correos. Aún así veremos si esto bastará para garantizar el escrupuloso escrutinio electoral, pues una huelga de funcionarios de Correos, como ya se dejó entrever en Madrid, quince días antes de la votación, dejaría ese voto por correo en aguas de borrajas. ¡Ojo, que nos jugamos la libertad y la democracia frente a una venezualización de nuestro país, de lo que advierte la cantante y actriz venezolana, Dalila Colombo, en el Diario La Razón del pasado Jueves 8: “La degradación política y social de España ya la viví en Venezuela”.
MIGUEL ANGEL VICENTE MARTINEZ
14 de Junio de 2.023
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