Desde luego duele mucho tener que dejar la poltrona, término que el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner, define como “sillón”, y a la vez, como “Cargo que proporciona poder a quien lo ostenta” y lo refiere como proveniente de “Poltrón”, adjetivo que significa “Comodón, holgazán o perezoso. Se dice del que rehúye el trabajo y las molestias”.
Y, desde luego, repito, que de ese poder se derivan una serie de prebendas, siendo definido el término “prebenda” por el mismo Diccionario indicado anteriormente, como “Empleo bien retribuido y de poco trabajo”, que es a la postre lo que preocupa al aún, contra todo pronóstico, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, el tal Luis Rubiales, el cual ha coronado su currículum, integrado por asuntos que están pendientes del Juzgado (tales como las comisiones de Piqué por la Supercopa en Arabia Saudí, el caso del piso pagado a todo boato por la propia Federación, o las controvertidas jornadas en Salobreña, jornadas erótico-festivas-horteras, entre otros), y ahora con el beso (“Bésame, bésame mucho…”, que cantara Sara Montiel) a la jugadora de la Selección Española de Fútbol femenino, Jennifer Hermoso, agarrándola de la cabeza, dejándola indefensa e inmóvil para poder rehuir la infame acción del Sr. Rubiales, al que podemos calificar de grosero, chabacano, soez, indecente, inmoral, desvergonzado, sinvergüenza y aún se queda corto el Diccionario de epítetos atribuibles al insolente, arrogante, soberbio, petulante, descarado, engreído, jactancioso, vanidoso y, en fin, chulo, o sea, un cafre impúdico y lúbrico y, a la vez, cateto, zafio y patán, que creía que el poder de que se halla investido es ilimitado y que puede, como un sátrapa, déspota o tirano hacer de su capa un sayo, sin que nadie ose ponerse enfrente ni negarse a sus delirios prepotentes de chulo barato de barrio o de esas casas de lenocinio (chulo-putas, se llaman) por su arbitraria y atrabiliaria voluntad.
Y para adornar este plato de cocinero de restaurante de una estrella en podredumbre y en putrefacción, ese tocamiento en el palco de sus cataplines, en presencia, no, al lado de su Majestad la Reina Letizia y la princesa Sofía, para mayor inri, menor de edad, dando muestras de bagaje barriobajero, arrabalero y ordinario, y cargando al hombro (como el hombre del saco) a otra futbolista, Athenea del Castillo, en el césped, como si fuera un fardo o saco de patatas, creyendo que hacía gracia.
Ni qué decir tiene, que estas futbolistas, en modo alguno, pudieron prestar consentimiento alguno, valga la redundancia (al menos, libre y espontáneo) para ofrecerse como víctimas de tales abusos de autoridad, una autoridad que ha quedado en entredicho y al pie de los caballos, convertida en un bufón, un chocarrero, un chufletero, un chunguero, si es que no puede encuadrarse su acción en el Código Penal, como agresión sexual y atentado contra la dignidad de las personas, en este último caso, no solo respecto de las concernidas directamente, sino respecto de todos los españoles y de la población mundial.
Y tras la apertura de expediente por la F.I.F.A., queriendo nadar y guardar la ropa, estuvo dispuesto a dimitir, pero animado por la mayoría de los miembros de la Asamblea convocada, ex-profeso, el pasado viernes, para recibir un baño de masas (entre los que aplaudieron, los seleccionadores de fútbol masculino Luis de la Fuente y femenino Jorge Vilda, que tras la apertura de dicho expediente echaron marcha atrás), poniéndose como víctima y arremetiendo contra la impotente y ultrajada Jenni Hermoso, a la que culpa del incidente. O sea, entonces, además, cobarde y gallina, que pasará a engrosar el listado de pícaros y sinvergüenzas, amplio y extenso y vasto, entre los que cabría mentar, de entre un largo listado, a Luis Roldán. Y es que, perder el sueldazo (inexplicable e inmerecido) de seiscientos o setecientos mil euros al año, más lo que va cayendo a la buchaca, sin pegar un palo al agua, no debe ser de buen gusto, recordándome a aquel mendigo al que le propuse buscarle trabajo, aceptando mi proposición, pero antes de dar dos pasos, se volvió y me dijo, pero que sea un trabajo en el que no tenga que trabajar y con un buen sueldo. Eso…..
En cualquier caso, hay que reseñar que una de las principales puntas de lanza contra el Presidente de la Federación Española de Fútbol, Yolanda Díaz, bien haría en estar más sosegada y calladita, porque, precisamente ella, parece ser la inventora de los alardes de agarrar la cara de sus oponentes, entre ellos el Presidente de los Empresarios, Sr. Garamendi, en un afán extralimitado de simpatía y connivencia, de lo que queda amplio reflejo en los medios de comunicación, e incluso, el propio José Luis Rodríguez Zapatero tiene al menos una imagen, repasándole la cara al Presidente del Gobierno.
MIGUEL-ÁNGEL VICENTE MARTINEZ
Albacete 30 de agosto de 2.023
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