Ante los avatares y los hechos que, como un tsunami, se están sucediendo sobre este País, aun hoy, a duras penas, llamado España, como consecuencia del resultado habido en las elecciones generales del 23-J, conducentes a demoler el Edificio Constitucional de 1.978, sustituyéndolo por una dictadura bolivariana de la peor calaña, cuyos actos preparatorios no han sido sino el engranaje necesario, para a través de un Golpe de Estado, conducirnos a la situación actual, en la que el Pseudo-Doctor-Sánchez y todos sus secuaces, campan por sus respetos, tomando instituciones y entrando en ellas a saco y, como Perico por su casa, con una afrenta sideral en torno a las dos proposiciones de ley, que ya se han presentado en el Congreso de los Diputados, aun antes del nombramiento y la formación del nuevo Retroprogresista Criminal Gobierno de España, en un Bis elevado a la enésima potencia, y son precisamente los nacionalistas de derechas, los que instan constituir sendas comisiones en el Congreso, nada más ser investido el Pseudo-Doctor-Sánchez, PNV y Junts per Cat., con el objetivo de introducir en el Parlamento el debate sobre el "lawfare" -el anglicismo que designa la presunta guerra sucia judicial contra determinados dirigentes políticos -, una de las acusaciones difundidas con más empeño por el independentismo durante los últimos años, con lo que esos dos partidos de, más bien, ultraderecha, o, al menos, de la derecha casposa, atrabiliaria y arcaica, parece que toman el relevo de las siamesas, Montero y Belarra, siempre juntitas, que bien parecieran una, o sea, bonita imagen de quien desde el PNV, que habría que analizar bien sus calzoncillos, con ese botarate a su frente, Andoni Ortuzar, cuyo apellido me remite a “gentuza” como el de Urkullu, lo es a ”zurullo”, proclamara horas después del escrutinio de las urnas, que “el PNV ha parado a la derecha”, exabrupto sólo mensurable en quien no tiene dos dedos de frente, y se sitúa, como “Cabeza de Simio”, en el último eslabón en la evolución del primate al homínido, quedándose más ancho que largo, aunque ya sabemos lo que puede dar de sí esa cabeza. En definitiva se trata de una alianza para activar, ya, desde el minuto uno, el control político a los jueces, lo que supone la abolición del principio de separación de poderes y el de independencia del Poder Judicial , que no se atreverá a dictar sentencias en contra de estos politicastros, so pena de ser juzgados por el Parlamento.
Por su parte, la otra pata del PNV, Iñigo Urkullu, con total desvergüenza, manifiesta que “ La amnistía abre una vía para reconocer la realidad vasca, apelando a la plurinacionalidad y las relaciones bilaterales con el Estado”, concluyendo que la tramitación de la amnistía reconoce que “lo que no está prohibido es posible”, sin darse cuenta de que esta afirmación puede volverse en su contra, pues podría suceder que para acabar con los conflictos (ideados e inventados) de las Vascongadas y Cataluña, se levantaran unos muros aislando a ambas comunidades, tipo el muro que ordenó levantar Donald Trump con la frontera de Méjico, pues, leyendo de cabo a rabo la Constitución Española de 1.978, en ninguno de sus artículos habla de prohibir el levantamiento de tales muros,. Debería, por tanto, darse un plazo de unos seis meses, para que todo vasco o catalán de bien abandonaran esas tierras, siendo recibidos en el resto de país con honores, y acto seguido proceder a su levantamiento.
Hay que poner de relieve, que la legislatura nace con una deuda récord (el endeudamiento llega a 1,58 billones) y las agencias de rating, como Moody´s, alertan del riesgo para España de los pactos diabólicos del Pseudo-Doctor-Sánchez, con el objetivo exclusivo de seguir fornicando, meando y cagando en La Moncloa y en el Falcon y Doñana, que acaso la contaminación de este paraíso se deba a las aguas fecales que desaguan sobre las marismas en las visitas del Presidente, familia, allegados y colaterales. Empresas, expertos e inversores alertan contra el clima de incertidumbre que generan los acuerdos de investidura. Por su parte, las cotizaciones no dan para pagar las pensiones de ninguna comunidad, y las Vascongadas triplican el agujero que genera la Seguridad Social de Madrid, pese a tener la mitad de pensionistas; cada pensión vasca carga con 6.341 euros el déficit del sistema, el doble que las catalanas.
En fin y esto no acaba nada más que empezar y como se expresa María-José Fuenteálamo, en su columna en el Diario “ABC” del pasado 17, “Sánchez también se irá un día. Pero, mientras tanto, algunos no podemos hacer nada porque los que sí podían han decidido no hacerlo”, a lo que habría que añadir, que así nos luce y nos lucirá el pelo, y ratificar el dicho de Edmund Burke“ para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada”.
Y es que, si el Tribunal Supremo emitió un duro comunicado acerca de lo que suponen los pactos diabólicos del Pseudo-Doctor-Sánchez, con la chusma del Congreso de los Diputados, ¿cómo es posible que dicho Tribunal archivase sin más la querella presentada por Vox, para que desalojase de la investidura al enemigo número uno de España? De esos vientos vienen estas tempestades, de tales polvos vienen estos lodos, pues, en realidad, hay que reconocerlo, con esa actitud pasiva, bien puede decirse que el Poder Judicial se ha hecho el harakiri. Una oportunidad perdida para salvar a España y a los Españoles, teniendo en cuenta que más de noventa colectivos y organizaciones han difundido comunicados de protesta advirtiendo de que el acuerdo político del PSOE y Junts vulnera el Estado de Derecho, la independencia judicial y la separación de poderes, incluyéndose entre estos colectivos nada más y nada menos que el Consejo General del Poder Judicial, la misma Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, más de 80 Jueces-Decanos, las Salas de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de siete Comunidades Autónomas (Castilla-La Mancha, Madrid, Aragón, Galicia, Valencia, Castilla y León y Navarra), amén de las cuatro Asociaciones de Jueces y las tres de Fiscales, de Colegios Profesionales, bufetes de Abogados, Patronales Empresariales, Policía Nacional, Guardia Civil, etc., etc., y lo que te rondaré morena. Y, sin embargo, nos seguimos dejando torear por un chorizo y delincuente, llamémosle Puigdemont o Sánchez, pues tanto monta uno como otro, siendo lo peor que España va a dejar de ser España y los Españoles se verán abocados a la ruina, la miseria y la pobreza.
Y así, llegamos a la cúpula, a la presa que debió servir de contención para evitar la inundación de escarnio, indignidad, ilegalidad y criminalidad sobre el territorio patrio. Y en este deambular y camino, nos encontramos con la cúspide de nuestro sistema constitucional, o sea, con un mindango, llamado Felipe VI, Rey de España, pues de conformidad con el artículo 1.3 de la Constitución Española, “La forma política del Estado español es la Monarquía Parlamentaria”. Y conforme al artículo 2 de la misma, “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, …”; el artículo 8.1 proclama que “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento Constitucional”; y el artículo 56.1 sanciona que ”El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado en las relaciones internacionales, …”; y el artículo 62, añade que “Corresponde al Rey:…h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas…”.
Pues bien, con esas prerrogativas, que no son sino obligaciones, funciones y deberes de inexcusable cumplimiento, no parece de recibo que su papel se limite al de mero conmilitón de los acontecimientos, a tragar carros y carretas, a comulgar con ruedas de molino y a esperar a ver si las ranas crían pelo o los burros vuelan. Su apatía, su inacción, su indolencia ante los hechos abrumadores y delictivos, en base a los cuales un grupo de gentuza, liderados por Sánchez y Puigdemont, tienen el propósito de destruir España, como Nación, y, mediante un golpe de Estado, instaurar una dictadura bananera, no hace sino contribuir a los ilícitos fines de los golpistas, que se ríen de España y de los Españoles, incluso de su propia Majestad, y no basta con poner cara de carnero cabreado para obviar la acción, en este caso, podríamos decir, que “Heroica”, pero respaldada por más de la mitad de los Españoles, y en ejercicio de sus facultades expresadas dé un golpe de timón y cambie el rumbo que evite la deriva de la Nave Española.
Está en juego el futuro de España y de los Españoles, incluido el suyo propio. Debe dar ya ese paso, abandonar su papel de pelele, monigote, espantapájaros, títere, marioneta, simplón y fantoche, amén de bragazas, calzonazos, pusilánime, timorato, poltrón, gurrumino y felón.
De no dar ese paso, pasará a la historia como un traidor a su pueblo, como un bellaco, infame, canalla y pérfido.
No puede hacer oídos sordos al clamor de la calle, mirar para otro lado, pues de seguir con ese comportamiento, desde luego, que estará justificada la pretensión de quienes, desde el poder o fuera de él, ven que su papel es eso, papel y que para eso sobra Vd. y la Familia Real, pues limitarse a leer lo que otros le escriben puede realizarlo, y con éxito, un niño de 6 años que sepa leer, tal como con unos añitos más ha llevado a cabo la Princesa Leonor.
Es más, olvida su admonición de Octubre de 2.017, poniendo a parir a Puigdemont y compañía, y ahora se traga sus palabras y queda peor que Cagancho en Almagro.
No está solo, le apoya la calle (“la ley de amnistía refuerza la necesidad de salir a la calle”, Rosa Díez, ex-Diputada del PSOE y UPyD), todos los hombres de bien, los militares, en activo (Jefes militares estudian entregar el mando operativo si hay referéndum) o en la reserva (medio centenar de mandos en la reserva levantan la voz por la Constitución). Y los que seguirán el mismo camino, esperando, como Lázaro, una voz que a usía le diga “Levántate y anda”.
Y no haga caso de los maricomplejines y los impostados, tales como Victoria Lafora, que esgrime una opinión publicada en el Diario “La Tribuna”, del pasado 19, denostando a esos militares en la reserva, al expresar, queriendo ser manifiesta y políticamente correcta, que “El Manifiesto de 50 militares retirados, pidiendo a sus compañeros de armas que destituyan al recién investido Presidente Pedro Sánchez, es un llamamiento a un Golpe de Estado”, cuando estos militares no hacen otra cosa que recordar la misión que a las Fuerzas Armadas les reserva el artículo 8.1 de la Constitución Española, anteriormente transcrito, y, en definitiva, no se trata de instaurar un régimen militar, sino de, con su majestad el Rey, Felipe VI, al frente, como ha quedado dicho, ponga a buen recaudo a los auténticos golpistas, o sean, al Pseudo-Doctor-Sánchez y sus secuaces y a Puigdemont y demás independentistas. No se trata sino de utilizar un medio de legítima defensa contra el verdadero golpismo de guante blanco, procediéndose a convocar de inmediato, nuevas elecciones.
Por Dios y por España mueva ficha, no se arrugue y cumpliendo su mandato constitucional, ponga orden ante el caos que acecha y ponga a buen recaudo a esta pandilla de delincuentes de guante blanco que quieren apoderarse de España y enseñorearse y enriquecerse a costa de España.
Muestras y pruebas las tiene a mansalva de felonías, la última rayana en la falsedad y la mentira, una más, de nuestro Presidente, que ante su Majestad, en su toma de posesión, expresó: “Prometo guardar y hacer guardar la Constitución”. Todo lo cual constituye una injuria a España y a los Españoles.
En medio de esta desazón y zozobra, una noticia que ilumina el futuro, al haber ganado las elecciones presidenciales en Argentina Javier Milei. Ante esta noticia, proclamo que hoy me siento argentino.
ALBACETE 22 DE NOVIEMBRE DE 2.023