La joven decidió salir a caminar a media tarde por un sendero próximo al camino que une las localidades de Ciudad Real y Miguelturra, conocido como "camino de los borrachos", cuando sufrió un desvanecimiento y se precipitó a una cuneta. Allí quedó tendida boca abajo e inconsciente, parcialmente oculta entre unos matorrales y totalmente desprotegida de la bajada de temperaturas.
Un policía nacional que se encontraba fuera de servicio practicando deporte por ese mismo sendero, se percató de que había algo extraño oculto cuneta abajo, entre la maleza, por lo que decidió indagar de qué se trataba, localizando a la mujer, que en un primer momento parecía carecer de signos vitales y presentaba una temperatura muy baja por llevar mucho tiempo a la intemperie.
El agente comunicó la situación a través del 091 y solicitó asistencia urgente de los agentes en servicio y servicios sanitarios. Mientras esperaba su llegada, comenzó a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta que apreció una leve respiración.
Los agentes que acudieron al lugar para apoyarle continuaron la asistencia de la joven y posteriormente los servicios médicos la atendieron y, con leves signos vitales, la trasladaron hasta el Hospital General Universitario de la ciudad donde quedó ingresada, ya fuera de peligro.