Día para el recuerdo el que se vivió este pasado domingo 26 de mayo en el Estadio Carlos Belmonte. El Albacete Balompié regresaba a casa para medirse al Mirandés durante la jornada número 41 en Segunda División, la penúltima del campeonato y que tendría un sabor muy especial.
Alberto González y sus futbolistas llegaban a la cita con dos objetivos muy claros. El primero, celebrar junto a su afición la increíble gesta de una permanencia que no hace mucho parecía imposible. El segundo, acompañar y rendir honores a Manu Fuster el día que este se despedía como jugador del Alba después de 5 años. Ambos se consiguieron.
Sin la presión de tener que sumar, el Albacete terminó empatando a dos, con goles de Ros y Quiles, ante un Mirandés que, al contrario que su rival, sí se estaba jugando la vida. Los de Miranda de Ebro, gracias a ese punto, siguen vivos y afrontarán su último partido dependiendo de sí mismos para continuar una temporada más en la categoría de plata.
Pero el resultado era lo de menos. Lo importante llegó en el minuto 78, cuando Fuster abandonó el campo sustituido y bajo una tremenda ovación que pudo escucharse en todos y cada uno de los rincones de la ciudad. Acto seguido, nada más acabar el partido, el centrocampista valenciano comparecía ante los medios de comunicación en sala de prensa para dejar sus últimos mensajes como albacetista:
“Han sido momentos muy emotivos. La verdad, le he dicho a mi familia y a gente muy cercana que ni en mis mejores sueños creía que esto iba a pasar. Creía que no merecía tanto, pero lo que me ha dado aquí la gente es algo que siempre voy a recordar y llevar dentro. Quiero daros las gracias a todos y deciros que os voy a echar de menos”, concluía el ‘10’ manchego.
Ahora ya, tanto Fuster como el Albacete se centran en el último duelo liguero del curso, que tendrá lugar este próximo domingo 2 de junio en La Romareda, contra el Real Zaragoza.