En el juicio por un homicidio en Albacete, la Fiscalía argumentó que no hubo legítima defensa, ya que la víctima solo lanzó una botella. El acusado, quien admitió su culpabilidad, alegó actuar por miedo a su compañero de piso. Se solicita una pena de 13 años de cárcel.
Este martes, en la conclusión del juicio por el homicidio ocurrido en el barrio de Las Seiscientas de Albacete en octubre de 2023, la Fiscalía ha refutado al abogado defensor al sostener que el golpe que provocó la muerte de la víctima no se trató de una legítima defensa.
Se nos argumenta que este individuo actuó por temor. La legítima defensa se refiere a situaciones en las que alguien te está golpeando, se lanza hacia ti con un cuchillo o te apunta con una pistola. Sin embargo, aquí se menciona que (la víctima) arrojó una botella de cerveza que ni siquiera llegó a golpear al acusado. ¿Es esa la agresión que justifica que tomes un palo y le causes una grave lesión a otra persona? ¿Dónde está el riesgo inminente? No hay ningún riesgo”, expuso el fiscal, quien también indicó que, según los informes de los peritos, el golpe pudo haber sido asestado por detrás, aunque admitió que no hay evidencia que lo confirme.
Desde el inicio, la defensa ha argumentado que, a pesar de la culpabilidad de su cliente, este actuó "por el miedo" que sentía hacia su compañero de piso, un supuesto proxeneta al que le debía dinero y que lo había amenazado de muerte.
Un golpe sorpresivo es recibido por este señor, quien no contó con la oportunidad de defenderse. La acusación ha señalado que es muy complicado considerar la existencia de una legítima defensa como justificación, enfatizando que no había suficiente provocación para justificar una agresión "desmedida".
El juicio con jurado popular, que dio inicio el pasado jueves, ha llegado este martes a las partes finales tanto de la defensa como de la Fiscalía en relación a los hechos ocurridos hace casi dos años. Por estos eventos, se solicita al acusado una pena de aproximadamente 13 años de cárcel. Según lo admitido por el propio agresor y su abogado, la discusión que desencadenó la tragedia tuvo lugar entre él y uno de sus compañeros de piso debido al ruido generado por una fiesta a las 3:00 horas.
La pelea entre ambos culminó trágicamente con la muerte del compañero, quien recibió un golpe en la cabeza con una barra metálica, lo que le causó un traumatismo craneoencefálico.
El abogado ha presentado este argumento para pedir que se considere la atenuante en el caso de homicidio doloso, basándose en el arrepentimiento manifestado por el procesado. Este último, según sus palabras, "desde el minuto cero se hizo responsable de sus actos y se entregó a la Policía".
La Fiscalía ha rechazado ambas propuestas, afirmando que el acusado actuó con una clara intención de quitarle la vida. El fiscal ha indicado: "Cualquier persona aunque no tenga conocimientos de medicina sabe que un golpe con intensidad dado en la cabeza con esa barra lo más probable es que ocasione la muerte". Además, ha destacado que el acusado abandonó el piso inmediatamente después del incidente sin ofrecer asistencia a la víctima ni llamar a una ambulancia. Al regresar al lugar y entregarse a la Policía, decidió ejercer su derecho a no declarar, y posteriormente presentó una "versión interesada" de los hechos, en la que caracterizó al fallecido como una amenaza.
El abogado de la defensa ha señalado que su cliente se dio a la fuga debido al temor que sentía ante la posible reacción de los otros habitantes del piso. Además, mencionó que no realizó su declaración inicialmente por el desconocimiento del idioma y por encontrarse en una situación de "desintegración" social. Esta situación lo llevó a vivir en uno de los barrios más peligrosos de España, donde temía por su vida las 24 horas del día.
A pesar de solicitar una atenuante, la defensa ha afirmado que el acusado acepta la responsabilidad civil establecida por el Ministerio fiscal.
La Fiscalía ha optado por no profundizar en las evidencias que corroboran que el acusado fue el responsable de la muerte, considerando este proceso como "simplificado" debido a la confesión del propio autor. Durante los días anteriores, varios peritos y agentes de policía han brindado sus testimonios sobre el homicidio en el juicio, el cual ha requerido la asistencia de un traductor para el acusado. En estas declaraciones, se ha especificado que el autor no presentaba ningún tipo de problema mental que pudiera influir en sus acciones, y se ha rechazado la idea de que los dos litros de vino consumidos la noche de los hechos pudieran afectar su responsabilidad.
La entrega del objeto del veredicto por parte de la juez al jurado popular dará inicio a la continuación del juicio, programada para las 14.00 horas de este martes. Posteriormente, se llevará a cabo una reunión para deliberar.