Se disputó una nueva edición de la San Silvestre de Albacete, que cada año cuenta con más participantes. Esta vez fueron unos 4.000 los que tomaron la salida, con importante presencia de niños. Lástima que la San Silvestre de Albacete no se haga respetando también a los que prefieren apurar sus compras por el centro o respetando a los propios comerciantes, que ven que las calles se cortan al tráfico y que la gente no puede transitar con normalidad, en una tarde en la que muchas personas apuran sus últimas compras antes del final de año. Quizá algún año los organizadores sean capaces de compaginar la idea de la San Silvestre, el deporte y la fiesta, con los muchos miles que quieren hacer otra cosa y no pueden. También las calles céntricas y otras muy alejadas del centro se cortan, se lleva el tráfico de un lado a otro sin mucho sentido y muchos pacientes conductores acaban perdiendo la paciencia, no sin razón, cuando ven que los han ido desviando de un lado a otro y caen en la misma ‘trampa’ porque no pueden cruzar la ciudad. Igual también sería conveniente más información o simplemente hacer que el recorrido no corte la ciudad y se celebre en un circuito en el que se compaginen intereses y deseos de más albaceteños y no solo de los participantes.
En torno a cuatro mil corredores se dieron cita en la prueba más divertida del año, donde los disfraces y el buen humor fueron las notas dominantes; 500 niños participaron en las carreras infantiles
En cuanto a lo deportivo, Antonio Cantos (Club de Atletismo Albacete-Diputación) y María José de Toro (Club Polideportivo La Roda) vencieron en la XI Carrera de San Silvestre de Albacete, una prueba que contó con varias novedades.
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