El pintor Ramón Torres exhibe sus indagaciones sobre la abstracción en el Museo Municipal de Albacete

La concejal de Cultura, Teresa García Arce, dio la bienvenida al Museo Municipal de Albacete al pintor Ramón Torres, artista nacido en Fuente Álamo, de formación autodidacta, que enseña sus últimas creaciones en pintura y escultura, en una exposición que ha titulado “Evolución”.

La inauguración, que tuvo lugar anoche, contó con numeroso público, que escuchó a un emocionado Ramón Torres relatar como había viajado artísticamente desde un arte más figurativo y centrado en la denuncia social y, tras un paréntesis creativo de largos años, regresar ya con un lenguaje más abstracto, una figuración más expresionista, como es el que muestra en esta exposición que podrá visitarse hasta el 19 de febrero.

La responsable de Cultura aplaudió que en las paredes del Museo Municipal puedan verse también obras de este lenguaje artístico, quizás no tan explícitas y evidentes, pero igual de atractivas. El creador insistió en que cada espectador puede hacer una lectura distinta de sus obras que, al fin y al cabo, ha añadido, “tan solo pretenden transmitir una emoción”.

Ramón Torres inició su carrera expositiva en los años 80 y, tras décadas sin producción artística, retoma su actividad ya en 2014, primero con una exposición en su pueblo natal y más adelante con distintas exposiciones individuales y colectivas, hasta colgar en la sala del Archivo Histórico Provincial su colección “Alter Ego”, donde el artista dejó ver que había encontrado su camino en la abstracción. Un camino por el que sigue deambulando en esta nueva muestra, “Evolución”.

“Su cabeza nunca dejó de anhelar el momento que ahora está viviendo, dedicado en cuerpo y alma a pintar, grabar, esculpir, modelar y a todo lo que huela a arte”, dice de él Francisco Mora, grabador y pintor, licenciado en Bellas Artes, que firma uno de los textos que acompañan el catálogo de la exposición, de la que destaca obras como Crucifixión contracrítica, un lienzo que evoca la pintura de Saura, o el díptico Nigrum, pintado sobre dos cartones en los que destaca sobremanera su marco barroco.