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Un gobierno fuera de la ley (III)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 12 de febrero de 2020, 04:31h

Pocos días lleva en ejercicio de sus funciones el nuevo Gobierno de España, llamado de Coalición, aunque mejor sería llamarlo de “coacción”, ya que se ha conformado a base de introducir en el mismo a aquellos que el Pseudo-Doctor-Sánchez denostaba por activa y por pasiva, recordemos aquella sentencia salida de la boca del nuevo pinocho (más bien habría que definirle como “pinochón”, dadas sus innumerables mentiras, afirmando una cosa y a los pocos minutos la contraria, y que de seguir así, en sus viajes en su ansiado Falcon, lo va a tener que hacer en dos aeronaves de tal calibre, una para transportarle a él y a su esposa, y otra, para embarcar su desmesurada nariz), asegurando que “ni antes ni después ni durante va a pactar el PSOE (que ya habrá que escribirlo con minúsculas: “psoe”) con el populismo de Podemos”, y ha terminado dándoles una vicepresidencia (el cargo ansiado desde la niñez por Pablito Iglesias, que también ha metido de rondona, de ministra, a su señora Irene Montero) y cuatro ministerios, amén de aquellas manifestaciones en las que proclamaba que sentar en la mesa del Consejo de Ministros a la chusma podemita le causaría insomnio, a él y a toda la ciudadanía, todo lo cual demuestra el valor de la palabra de un Presidente del Gobierno, rehén de sus pretendidos socios (comunistas-marxistas, leninistas-estalinistas), a los que ha sumado, en la sombra, a los independentistas de ERC- (con un Rufián, que actúa de matón de barrio, amenazando y extorsionando al Presidente, como en las películas más crudas de la mafia calabresa) y a Junts per Catalunya, dominado por el prófugo Puigdemont, que junto con el condenado Oriol Junqueras, marcan los pasos de este Gobierno a la deriva, sin rumbo ni norte, y que sestea, como un animal malherido en una cacería, dando tumbos, hasta que caiga abatido.

Y prueba de esa sumisión y de los efectos del acogotamiento a que está sometido el Presidente, lo hemos visto y ha quedado comprobado, en la reunión que esta semana han tenido en la Generalitat Catalana, el susodicho Pseudo-Doctor y el inhabilitado Torra, en una amago de entendimiento entre Gobiernos de dos Estados con independencia propia, y del que ha salido la proclamación por parte del Presidente de este país, aún hoy, a duras penas, llamado España, de que este mismo mes de Febrero se convocará la Mesa de Negociación, en la que se tratará, de una manera urgente y descarnada, la autodeterminación de la Comunidad Autónoma de Cataluña, que es más o menos, o menos o más, el paso hacia la independencia de la misma, referéndum (o consulta, usando eufemismos) sobre el asunto y por el que, el celebrado el 1-O, están en chirona los altos cargos de la Generalitat que lo propusieron y lo llevaron a cabo, encabezados por Oriol Junqueras, y respecto de cuya figura, en la última campaña electoral, Pinochón prometió que si ganaba iba a prohibir por ley los referéndum de autodeterminación, y siguiendo con su política el avestruz, de meter la cabeza bajo el ala y de cagarse en los pantalones, ya ha reafirmado esa consulta exigida por los independentistas, y recordemos, que por ese mismo motivo, se sentaron en el banquillo, doce altos cargos de la Generalitat y fueron condenados, y por sentencia firme, a condenas de prisión y de inhabilitación por sedición y malversación de caudales públicos, con la agravante de que, bajo la presión de sus socios, se dispone a dar pábulo a una reforma exprés del Código Penal, para rebajar las penas de los delitos de sedición y rebelión, con la matraca de que hay que adaptar nuestra legislación en este tema a las europeas, lo cual, siguiendo la estela de su veracidad en almoneda, es falso de toda falsedad, y la tal reforma es de obligado cumplimiento derivado de las exigencias de los independentistas de que hay que excarcelar a los condenados por el “procés”, para lo cual le da yuyu hacerlo por la vía del indulto, mas, por una u otra vía, nuestro Falconeti quedará retratado para la historia como un histriónico cantinflas que baila al son que le tocan, a la manera como baila y se sube por una escalera aquella cabra que en las plazas de los pueblos lo hacían al son y compás de los acordes de la trompeta de su amo, para deleite y goce de los paisanos y de la chiquillería que tenían la dicha de poder observar tal espectáculo. Pero ya sabemos, que con tal de poder seguir cagando en La Moncloa, subirse al Falcón, cada dos por tres, y hacer como que se codea con la élite de los dirigentes europeos y mundiales, como uno más, en cuantas reuniones de esta índole se presentan, ninguneando al Jefe del Estado, El rey, Don Felipe VI (que aún no sabe lo que ha hecho ofreciéndole a este individuo la formación de Gobierno, tras las últimas elecciones, en cuyo momento aún no gozaba con los apoyos necesarios para llevarlo a cabo con un buen fin y que debería haber desembocado en una nueva cita electoral), a quien manda a por uvas cada vez que se acerca un evento en el que debería ser obligatoria la presencia del Monarca, recordemos su viaje a Cuba, mientras urdía la trama con Pablo Iglesias y los independentistas para formar Gobierno, amén de los sucesivos desplantes, como el sucedido con ocasión de la cita en el foro de Davos, en el que la corona española volvió a quedar fuera y a la que asistieron la casi totalidad de las dinastías europeas, o plantones el último en la recepción del Cuerpo Diplomático acreditado en España, sin darse cuenta de que no pinta ná, y desgraciadamente, contribuye a que España no pinte tampoco ná en el ámbito internacional, todo ello con la angustia y el ansia de verse como un alter ego, y la prueba de que no pinta, ná de ná, incluso para los socios europeos, la hemos constatado en los Tratados Internacionales desplegados por la UE, a favor de los países latinoamericanos y del Norte de África, en perjuicio de la agricultura en general de este país, repito, aún, a duras penas, llamado España, y especialmente respecto de los productos cítricos, naranjas y limones (en la Comunidad Valenciana no se recogen las cosechas, o se arranca la plantación por ruinosa), olivareros (igual que lo dicho respecto a los cítricos) y sus derivados, de éstos últimos el aceite, lo que unido a los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump (que es, al fin y a la postre, a quien hay que hacerle la pelota y no intentar darle bofetadas, como la reciente declaración conjunta de nuestras Ministras de Exteriores y Defensa, Arancha González Laya y Margarita Robles (¡vaya par de dos!), mensaje que transmitieron al embajador de EEUU en España, Duke Buchan, en el sentido de que Whasington no puede esperar que la cooperación militar vaya a más mientras se imponen aranceles y se sanciona y amenaza a empresas españolas, lo que le entrará a la primera economía del mundo por un oído y le saldrá por otro), todo lo cual pone en peligro la economía agrícola y ganadera de nuestro país, lo que ha motivado, en las últimas semanas, el levantamiento de los agricultores en todo el país, con especial énfasis en Extremadura, cuyo Presidente Regional, Fernández Vara, culpa, en gran medida, como detonante del paro en esa Comunidad, 18.700, agricultores incluidos, según la última EPA, a la subida del salario medio interprofesional, como ya advirtiera, en su día, el Banco de España, al que el Gobierno desautorizó y poco menos que le hizo callar.

Y dando este mes de enero unas cifras desoladoras y escalofriantes acerca del paro, con 244.000 bajas en la afiliación a la Seguridad Social y 90.000 empleos perdidos, y siendo impresentables las declaraciones del líder de la UGT, Pepe Álvarez, (astilla de la misma madera y en defensa de su señorito el Pseudo-Doctor, como no podía ser de otra manera) de que los agricultores movilizados (en hileras interminables de tractores) era “la derecha, terrateniente y carca”, cuya boca habría que limpiar con lejía, a fin de que no vomite tales exabruptos, porque, ¿sabrá lo que es trabajar este paniaguado? Y es que los Sindicatos, de uno y otro signo, deberían ser sometidos también a una revolucionaria reforma, y, entre ellas, la primera, cortarles las subvenciones, con cargo a las cuales, sus dirigentes viven como marajás.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

12 de Febrero de 2.019

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