La Comisión de Sostenibilidad ha dado el visto bueno hoy al Catálogo de Árboles Singulares de la Ciudad de Albacete, un documento que identifica un total de 83 ejemplares de arbolado que destacan sobre el resto, bien por su edad, por su tamaño o por otro tipo de rareza que convierten a ese árbol en una especie de “reliquia botánica”.
El concejal de Sostenibilidad, Julián Ramón, ha valorado la aprobación de este Catálogo, pues se convierte en un instrumento para la protección de estos ejemplares, “todo el arbolado de nuestra ciudad es importante y debe ser cuidado, y estamos hablando de que solo en nuestras calles tenemos más de 14.000 árboles de distintas especies, pero estos ejemplares tan singulares forman parte de nuestra memoria, de nuestro patrimonio, y como tal debemos protegerlos”. Es intención de la Concejalía de Sostenibilidad elaborar y aprobar una ordenanza con este propósito.
El Catálogo de Árboles Singulares, elaborado por la empresa concesionaria del cuidado de parques y jardines y que hoy ha recibido el dictamen favorable de la Comisión de Sostenibilidad, ha elegido estos ejemplares siguiendo los siguientes criterios: que sea un ejemplar raro en esa zona y que esté bien consolidado y establecido; su forma caprichosa, poco habitual en los demás ejemplares de su especie; y su avanzada edad, lo que conlleva un gran porte.
Árboles que pudieran considerarse singulares, pero que por su estado, estabilidad o peligrosidad, pueden ocasionar algún daño a bienes materiales o personas, como sucede con muchos de los pinos del Parque de Abelardo Sánchez, no han sido incluidos en este catálogo. No obstante, varios ejemplares de pinos, singulares por su altura y su buen estado, sí que han sido incluidos en este inventario.
Los 83 ejemplares incluidos en este Catálogo de Árboles Singulares pertenecen a un total de 20 especies, si bien la que más abunda en este catálogo es el Ulmus minor, con 40 ejemplares, seguido de Pinus halepensis con 12 árboles. La mayor parte del arbolado que se ha incluido en el Catálogo ha sido por su edad y tamaño, si bien hay otros 10 ejemplares que se consideran singulares por su forma, otros cuatro por su ubicación y cuatro por su rareza.
La ciudad de Albacete cuenta con un importante número de Ulmus minor centenarios, muchos de ellos con una gran envergadura y que han logrado sobrevivir a la grafiosis. Muchos de estos olmos sobreviven de aquellos que flanqueaban las carreteras de salida, como los que quedan en la calle Vasco Núñez de Balboa, lo que antes era el inicio de la carretera de Ayora, antes de ser desviada para salvar las vías del tren. Precisamente, la llegada del ferrocarril a Albacete, en 1855, trajo consigo la plantación de un buen número de olmos, en el patio de viajeros de la antigua estación y las calles de acceso a la misma. Algunos de estos árboles aún perduran, integrados en el Parque Lineal.
El jardín de la plaza del Altozano también cuenta con varios ejemplares singulares, como un ejemplar de Ginkgo Biloba, por cuya rareza ha sido incluido este Catálogo, dado que es un buen ejemplo de este árbol conocido como “fósil viviente”. Es también considerado singular por su rareza el Abies pinsapo, de la plaza del Altozano, de 18 metros de altura, porque es un árbol propio de las sierras mediterráneas del sur de la península Ibérica. Dos ejemplares de Quercus ilex, uno situado frente a la Filmoteca, y otro ante el edificio de La Unión y el Fénix, también son considerados singulares por su edad y su porte.
La singularidad, en el caso del Calocedrus decurrens, plantado frente a la Catedral, viene dada por su rareza y ubicación. En este caso, es un ejemplar único que aporta identidad a este espacio.
Los Jardinillos de la Feria, la zona verde más antigua de la ciudad, también tiene un buen número de árboles singulares. En sus inmediaciones, en el Paseo de la Feria, se conservan algunos olmos también considerados singulares, así como un pino de forma caprichosa que llama la atención junto a la Plaza de Toros y tres ejemplares de Cupressus arizónica que aportan su singularidad al templete interior del Recinto Ferial.
Un ejemplar de Phyllirea angustifolia, conocido como Olivilla, se ha incluido en este Catálogo de Arbolado Singular porque suele tener porte arbustivo, pero en esta ocasión ha alcanzado una gran estatura y altura. Un olivo de grandes dimensiones en la calle Méjico y otro situado en la plaza de los Molinos, así como el primer árbol que en 1906 fue plantado en la Fiesta del Árbol, un Ulmus minor que es hermoso por su tronco doble, enriquecen también este Catálogo Singular.
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