A través de esta iniciativa simbólica, el Ayuntamiento de Albacete se suma a la campaña impulsada por la Asociación de Familiares y Enfermos de Parkinson de Albacete, junto a La Federación Española de Parkinson, con la que se pretende concienciar a la sociedad sobre la necesidad de cambiar la imagen que existe de la enfermedad de Parkinson, ha informado el Consistorio en nota de prensa.
Esta campaña nace con el objetivo de contribuir a transformar la percepción y estereotipos sobre el párkinson, mostrando la realidad de muchas personas que afrontan con optimismo su proceso vital conviviendo con la enfermedad.
En la actualidad, la imagen de la enfermedad de Parkinson es errónea y no refleja la realidad de las personas afectadas, pues desde el desconocimiento se asocia únicamente a personas mayores y a los temblores que la acompañan, lo que origina que las personas con párkinson reciban etiquetas negativas, que generan un profundo impacto en el estado emocional y psicológico de la persona.
Aunque el párkinson es una enfermedad asociada a mayores, una de cada cinco personas diagnosticadas tiene menos de 50 años. Su evolución es progresiva, por lo que a medida que pasa el tiempo, la sintomatología va siendo cada vez más compleja y aparecen nuevos síntomas.
El temblor en reposo es uno de los síntomas motores de esta enfermedad y también el más conocido. No obstante, aproximadamente el 30% de las personas con párkinson nunca llegan a experimentarlo.
Existen otros muchos síntomas de la enfermedad que a la postre son más invalidantes, como los síntomas no motores. Entre estos, destacan los problemas del sueño, la depresión, los trastornos de control de impulsos o los problemas cognitivos.
Además, síntomas como la rigidez muscular, la disminución de la expresión facial o la alteración del equilibrio se interpretan, desde el desconocimiento, como embriaguez, frialdad o falta de empatía. Estas son las etiquetas negativas que a través de esta campaña informativa se pretenden eliminar, pues perpetúan y enfatizan el estigma de la enfermedad y, en consecuencia, las dificultades a las que se enfrentan en su día a día las personas que conviven con el párkinson.
La normalización de la enfermedad combate la estigmatización y el rechazo social que conducen al aislamiento de las personas que conviven con el párkinson. El conocimiento de la realidad de la enfermedad por parte de la sociedad impulsará la creación de etiquetas positivas, promoviendo el empoderamiento de las personas con párkinson, la mejora de su estado emocional y el fortalecimiento del colectivo.
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