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Algunas características de la vivienda accesible
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Algunas características de la vivienda accesible

lunes 24 de mayo de 2021, 16:33h

Las viviendas están llenas de obstáculos para aquellas personas que están en silla de ruedas o tienen la movilidad reducida.

Esos obstáculos les complica mucho la vida hasta el punto de que a veces no pueden salir a la calle, por lo que vamos a ver algunas de las actuaciones que se pueden llevar a cabo para que los edificios sean más accesibles para estas personas.

La anchura de las puertas y los pasillos es vital

Una de las principales características de una casa accesible es la anchura de las puertas y los pasillos, pues de esta distancia depende que puedan moverse en silla de ruedas, con un andador o con muletas

De este modo, las puertas deben tener, al menos, 80 cm de ancho y siempre algo más si es posible, además de sustituirlas por puertas correderas, algo para lo que podemos aprovechar las ayudas a la accesibilidad en edificios, que se suelen conceder todos los años.

En cuanto a los pasillos, siempre tienen que estar en línea recta y con anchos de 90 cm como mínimo. En las puertas se debe poder girar la silla en un círculo de 120 cm sin topar con ningún obstáculo.

Hay que colocar agarraderos en las paredes

Los agarraderos en las paredes son de mucha utilidad para todo tipo de personas con movilidad reducida, pues se pueden ayudar de ellos para mantener el equilibrio y ganar autonomía, prescindiendo así de ayudas en su vida diaria y ganando autonomía.

Esos asideros siempre deben de estar a una altura correcta, pues de nada sirve colocarlos si la persona que los necesita no llega a ellos.

Suelos antideslizantes

Las personas con movilidad reducida no tienen demasiada estabilidad cuando se desplazan, por lo que un simple deslizamiento, por pequeño que sea, puede acabar con un accidente grave.

Todos los suelos de la casa tienen que ser antideslizantes en seco y en el baño hay que colocar otro tipo que tampoco desliza en mojado.

El baño es uno de los puntos clave

Necesitar ayuda para ir al baño es muy violento. Es un momento íntimo en el que nadie quiere a otra persona al lado, de forma que hay que hacer todo lo posible para hacerlo accesible.

Para ello el acceso al lavabo debe ser frontal y lateral a la ducha. La altura del lavabo no debe exceder de los 80 cm y debajo no debe tener nada (el lavabo tiene que estar suspendido), para que se pueda meter debajo la silla de ruedas o el andador.

En la ducha hay que colocar barandillas para apoyarse y debemos poner un asiento o un banco, que puede ser de obra o uno portátil que se puede poner y quitar sin esfuerzo.

Además, el suelo de la ducha debe estar al mismo nivel que el del baño. Así no hay posibilidad de tropiezos y una persona con silla de ruedas puede moverse con ella hasta el asiento, ganando mucha autonomía.

Podemos aprovechar la domótica

La domótica puede ayudar mucho a las personas con movilidad reducida, que con un simple comando de voz pueden encender y apagar luces, subir y bajar persianas (si las hemos motorizado) encender y apagar electrodomésticos, etc.

Comparado con las obras para adecuar una casa, la domótica es muy económica y merece la pena probarla.

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