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El sol iluminó en Madrigueras las Rutas de Senderismo de la Diputación de Albacete
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El sol iluminó en Madrigueras las Rutas de Senderismo de la Diputación de Albacete

lunes 14 de marzo de 2022, 11:05h

Este domingo, día 13 de marzo, se celebró la décima de las pruebas de la IX edición de las Rutas de Senderismo que organiza la Diputación Provincial de Albacete. Una iniciativa que busca ayudar a promocionar tanto el turismo, como el deporte y la cultura que ofrecen nuestros pueblos.

Los senderistas se desplazaron hasta la comarca de La Manchuela, por los términos municipales de Madrigueras, Tarazona de La Mancha, Albacete y Motilleja, para recorrer las orillas del Júcar y descubrir su paisaje, vegetación, geología o su historia. Una atractiva ruta circular, de dificultad media, 15 kilómetros de distancia y unas cinco horas de duración.

Tomarían café en Madrigueras, donde fueron recibidos por el alcalde de la localidad, Juan Carlos Talavera y Alfredo Alcahut Utiel, de la asociación Cultural SVCRO de Madrigueras, quien sería su guía y maestro durante toda la ruta. Desde aquí, en autobús, se desplazarían a la cercana localidad de Motilleja. Alrededor de las 9 de la mañana arrancaba la marcha, pasando en primer lugar por el Cerro de la Morrica, situada en el término de Madrigueras, un yacimiento arqueológico donde se pueden ver fragmentos de cerámica ibérica y romana, a 689 metros sobre el nivel del mar. Rodearon dicha morra para salir del municipio dirección al río Júcar, entre campos de cultivo por el camino de San Isidro.

Dicho camino empezaba a bajar para adentrarse en el valle que forma el río Júcar a su paso. Seguirían junto a su orilla, pasando primero a los pies de las paredes rocosas y contemplando la vegetación de ribera, las cuevas y los restos de un molino y presa con sillares romanos. En la confluencia de dos torrentes y unos manantiales se encuentra el paraje de Cuasiermas, en el término de Madrigueras, donde a la altura del puente se ven restos de sillares de época romana, reutilizados en el antiguo molino de Cuasiermas. El topónimo Cuasiermas deriva de Cuevas Yermas, es decir, cuevas desiertas o abandonadas. De hecho, no dejaron de observar las cuevas que dan nombre a este paraje, algunas naturales y otras ampliadas por el hombre para su uso como refugio en la antigüedad, y hasta hace poco para resguardar al ganado.

Según investigaciones recientes, pese a su apariencia, son en su mayoría artificiales La cerámica hallada las data en dos épocas: en el siglo III a. C., en época ibérica, y en época medieval, con una cruz grabada, repintada en 1901, que podría asociarse a un eremitorio. Las cuevas presentan nichos para meter ánforas y un enfoscado con barro.

En un documento de 1786, se cuenta que el río se pasaba en una barca en la que podían caber cincuenta personas. Junto al Puente de Cuasiermas pasa una vereda, en la que es posible observar un rastro de ruedas de carro romano.

Cruzaron la carretera para continuar río abajo, en dirección este. Al acercarse al cauce del río Júcar pudieron observar la riqueza de la vegetación. El valle del Júcar, encajado como está en la llanura manchega, constituye un ejemplo de bosque de ribera. Este bosque conforma una frontera entre el medio acuático y el medio terrestre, con una gran biodiversidad. En las zonas más cercanas al agua se encuentran los sauces, álamos, chopos o fresnos. Junto a ellos la orla de vegetación formada por especies arbustivas como zarzamoras o rosales silvestres.

En las alturas, en cambio, allí donde no hay cultivos, se encuentran especies arbóreas como la encina y los pinos y arbustos como la coscoja, torvisco, retama, etcétera.

En la zona de la umbría la humedad se conserva mejor y la temperatura es más fresca, lo que da lugar a una vegetación muy diferente: zarzamoras, rosales silvestres, espinos albares, madreselvas y clemátides. Piedras y árboles están cubiertos por líquenes y musgo.

Pudieron encontrar unas cuevas, en este caso muy recientes, pues se trata de cuevas del champiñón excavadas por los lugareños, alrededor de 1960, aprovechando un estrato más blando pero homogéneo, donde abundan fósiles como planorbis y limnaea. Así, llegaron río abajo hasta el paraje llamado Las Zorreras. Es un lugar desértico, donde se ven también cuevas de champiñón y donde podemos ver fósiles, cristales de yeso y lignito. Desde aquí, ya de regreso, por una senda hacia el camino principal y pasando junto a la zona verde de Motilleja y la Ermita de San Isidro.

Ya por la tarde, tras la comida, pudieron visitar el Memorial sobre Brigadas Internacionales, unas instalaciones recientemente inauguradas, que cuentan con varias salas con muchos documentos, audiovisuales, imágenes y sonidos, para conocer a los brigadistas.

Preciosa ruta en un soleado día, que pudieron disfrutar los cincuenta participantes de esta actividad, que cada día tiene más seguidores, gracias a la iniciativa de la Diputación Provincial de Albacete.

La siguiente cita será el domingo 20 de marzo, en Mahora, denominada “Cañones del Valdemembra”. Una ruta de dificultad media, 16 kilómetros de distancia, unas cinco horas de duración y con salida a las 09:00 horas, desde la Plaza de la Mancha del municipio.

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