Por un lado, el sábado, visitaron Casas de Lázaro, en una prueba lineal, denominada “La Fuente del Buitre”, de dificultad media y que cuenta con 12,2 kilómetros de distancia y unas tres horas de duración.
Tras el saludo de la alcaldesa del municipio, María Eugenia Cuartero, quien les acompañaría durante todo el trayecto, y tras tomar el café y bizcocho cortesía del Ayuntamiento, alrededor de las 9 de la mañana, arrancaría la marcha desde la Plaza San José, dirección a el cruce del camino de Montemayor con la carretera AB-5023. Para coger un camino en un ligero ascenso, junto a la vega de Montemayor y su río, rodeados de pinos, encinas y chopos, hasta el paraje Casa las Palomas, continuaron ascendiendo a lo alto de la ruta, donde se sitúa un parque eólico, llamado Isabela.
Cogieron Dirección a la pedanía de “El Berro”, ya descendiendo ligeramente hasta llegar a la conocida “Fuente del Buitre”, agua con propiedades termales, según indica el libro de 1891 “Crónica de la provincia de Albacete” y donde todavía se pueden ver las balsas donde en otro tiempo hubo unos baños.
La leyenda cuenta que dicha fuente estaba bendecida por la Virgen, pues un buitre que cayó junto a la misma, revivió al contacto con sus aguas. Lugar con el encanto especial de estar en pleno monte, rodeado por pinos y algunas nogueras, sitio privilegiado para pasar el día descansando y respirando el aire puro, con una vegetación prácticamente salvaje y muy variada, que recoge humedad en muchas épocas del año y en donde crecen también multitud de hongos, musgos y líquenes; y sus cañadas dan agua al río de Lezuza, lugar que aprovecharon para almorzar, gracias al ayuntamiento de Casas de Lázaro que había preparado unos ricos bocatas de jamón y tortilla, junto a fresca bebida.
Con renovadas fuerzas, continuaron desde la “Fuente del Buitre” hasta la pedanía de El Berro. Aquí dieron por finalizada la ruta, frente a su fuente, agua indicada, según dicen los más mayores, para paliar posibles problemas de riñón.
Ya el domingo, otros 50 participantes, se desplazaron a Caudete, para recorrer la PR-AB50 “De Caudete a Sierra Oliva”, en una prueba circular, de dificultad media-alta, 13,5 kilómetros de distancia y unas cinco horas de duración.
Pasaban las nueve de la mañana cuando empezaron el ascenso por la vereda de Santa Ana, para desviarse a la derecha en el km 1,13, y seguir el camino que los lleva a los pies del barranco de los Anteojos. Al frente podían divisar su primer destino, a lo alto de una mole calcárea rodeada de Molinos o aerogeneradores, la ermita de Santa Barbara junto a una gran antena.
Así comienza la conocida como “senda de la Sierra”, con una longitud aproximada de tres kilómetros y una pendiente del 13%.
La vegetación de la ladera sur de la sierra está compuesta por matorral de monte bajo de tipo mediterráneo: coscoja, lentisco, madroño y enebro, además de plantas aromáticas como espliego, tomillo y romero. Aparecen también retama, esparto y aliaga.
El desnivel era importante, así que, poco a poco fueron ascendiendo hasta la ermita de Santa Bárbara, en la cima de Sierra Oliva, a 1.141 metros de altitud, (originaria del s.XVII), se sitúa también la casa del santero y un mirador.
Éste es un lugar excelente para tomarse un descanso y contemplar las espectaculares vistas que se ofrecen de tres provincias: Albacete, Alicante y Murcia. Cuentan los mayores que, en días claros, a la salida del sol, se puede ver el mar.
Se trataba de un sitio tan privilegiado que aprovecharon para almorzar y tomar bebida fría y aperitivos, gracias al Ayuntamiento y el Centro Excursionista de Caudete, quienes les guiaban en esta ruta. Ellos lo habían preparado para recibirles tras el esfuerzo de la subida.
Desde la ermita de Santa Ana descendieron unos metros en dirección oeste hasta encontrar la pista forestal paralela a la línea de aerogeneradores. En este punto pudieron ver el pozo de nieve de Sierra Oliva, construido en la segunda mitad del s. XVIII.
Siguieron en dirección oeste la pista forestal que lleva al punto geodésico de Sierra Oliva (1.153 metros). Desde aquí pudieron ver la extensión de parque eólico de Sierra Oliva, ubicado entre los municipios de Caudete y Almansa.
Ya en descenso, cogieron una senda a la izquierda, la "senda de los Cantareros" paralela a la pista del parque eólico. Las pendientes acusadas en un primer tramo hacen que la prudencia sea máxima para evitar caídas. Esta senda toma su nombre de la cantera de arcilla a la que daba acceso, y fue también camino muy transitado por hombres y carros, que accedían por aquí a los campos de cultivo en ladera (almendros, olivos, cereales).
Así llegaron a el Pozo de Agua de Sierra Oliva, uno de los varios sondeos de agua subterránea que se ubica al pie de sierra. Desde aquí enlazaron con el Camino de los Molinos, y que recibe su nombre por los varios molinos harineros de agua que aquí existían. Donde les esperaban un refrescante aperitivo y el autobús que les conduciría de nuevo al municipio de Caudete para comer.
Tras la comida, tuvieron una visita guiada, acompañados por la técnica de turismo del ayuntamiento de Caudete, visitaron la villa medieval de Caudete, plaza de la Iglesia, castillo y Centro de Interpretación del Patrimonio (colección arqueológica).
Dos fantásticas rutas, en un fin de semana soleado, que hicieron disfrutar a los cien participantes que se han dado cita en ellas. Rutas de gran atractivo natural y paisajístico, que cada vez tiene más seguidores, y que tanto éxito ha tenido en anteriores ediciones, organizado por la Diputación Provincial de Albacete.
El siguiente fin de semana también será de doble cita. Habrá una ruta el sábado, 8 de octubre, en Barrax, denominada “Ruta Benjamín Palencia”. Se trata de una prueba circular, de 15,9 kilómetros de distancia, dificultad media y unas 4 horas de duración. Y otra el domingo 9, esta vez en Nerpio. Tendrá lugar el “I ENCUENTRO INTERPROVINCIAL ALBACETE-GRANADA” Es una prueba denominada “Ruta El Zarzalar”, circular, de una dificultad media, de 10,5 kilómetros de distancia y unas cuatro horas de duración.