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Querer ser más que Dios (II)

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 08 de marzo de 2023, 05:23h

En ese ánimo de querer intervenir en todos los aspectos de la vida de las personas, incluso en los más profundos recovecos de su intimidad, y para dar gloria y satisfacción a esa pléyade de malsanas personas que se erigen en Dioses terrenales, aunque esto sea una contradicción retórica y metafórica, que asumen su papel de gobernarnos en contra de los postulados más primarios de la sensatez, la razón y el sentido común, de la ley natural y de la ley divina, amén de lo que es exigible a una persona en su conducta ética y moral, cuyos principios parecen haber sido arrojados al fuego eterno, retomamos, como acabamos la entrega anterior, recordando aquellas campañas, eslóganes y mensajes que tienen su origen en una cabeza hueca, huera y vacía, y, en definitiva una calabaza, de esas que se incardinan en la una que de diez, en vez de pensar, embisten, (tal como sentenciara nuestro ilustre inmortal poeta, Antonio Machado), pongamos que hablo de nuestro actual Ministro de Consumo, de cuyo nombre no me acuerdo ni intento acordarme, por sus peregrinas soflamas y proyectos, en ese intento de echarle más sal a la confusión que se quiere introducir en las mentes de nuestra infancia, desde su más tierna edad, acerca de la averiguación de su ignorado y no nato sexo, al tema de inocular los colores rosa y azul indiscriminadamente entre los niños y niñas, que ahora sí que habrían de ser llamados niñes (por su carencia de sexo innato), o sea, ponerle unas faldas color rosa al presunto niño, y a la presunta niña unos pantalones color azul, si es marino, mejor que mejor, amén de lo que está en esa mente, repito, hueca, huera y vacía, y, en definitiva, una calabaza, y que quizás no se atrevió a dar a conocer, aún quedaría esa dicotomía niño-niña más guay, si a los primeros les ponemos unas bragas, de lencería fina y un sujetador, y a las segundas unos calzoncillos, al ser posible de esparto o de pana, para que unos y otras vayan acompasando, desde el mismo punto cardinal del sexo, las conjeturas que deben hilvanar para acabar determinando por sí y ante sí, la elección de ese sexo, que desde su concepción y nacimiento les proveyó la naturaleza. Y en ese mendaz intervencionismo en lo privado de los ciudadanos, recordemos aquellas campañas fatuas y horteras acerca de vigilar nuestra sana alimentación, queriendo excluir de la sana dieta, si es posible, mediterránea, la carne, en ese afán de querer acabar con las explotaciones ganaderas que se dedican al necesario negocio de la cría de ganado (mientras el muy ladino, seguro que se mete entre ceja y ceja y a dos carrillos unos chuletones de aquí te espero, pero él, ya sabemos, junto con su recua de indecentes e ignorantes, se halla exento, con una especie de bula para dedicarse a ese sano deporte de deglutir chuletón tras chuletón, lo que forzosa e indefectiblemente le obligarán a tirarse unos pedos como misiles y no precisamente con aroma a Chanel 5 o a Christian Dior), y quizás, por ello, entre las medidas adoptadas por ese Retroprogresista Criminal Gobierno de España, para abaratar la cesta de la compra, o sea, la única que se conoce, en base a la rebaja del IVA en dos o tres puntos, está la exclusión de esa rebaja respecto de la carne y el pescado, excluyendo estos productos de la cesta de los más vulnerables. O aquella otra campaña contra los edulcorantes en los alimentos, y ahora, otra que está en la recámara de tan insigne, como mendaz mente, la ofensiva para regular los anuncios de comida infantil, tendente principalmente a evitar la presencia de “influencers” en la publicidad dirigida a menores de 15 años, que al año siguiente, con 16, pueden aspirar a cambiar de sexo por su sola y libérrima voluntad. En tales estupideces gasta el tiempo nuestro inefable y rimbombante Ministro de Consumo, de cuyo nombre no me acuerdo ni moveré un dedo ni medio para acordarme, es más, sabiéndolo, lo ignoro como hay que ignorar lo inicuo, la ignominioso, lo infame y lo pérfido.

Y en esa transformación de ingeniería social que está llevando a cabo este malhadado Gobierno, Retroprogresista y Criminal de España, desde el pasado día 2 de este mes y año tenemos en vigor la llamada “Ley Trans”, que da vía libre a la reasignación de género para los mayores de 16 años, suprimiendo de un plumazo los requisitos médicos y judiciales para cambiar la identidad de género. El BOE publicó ese día la “Ley para la Igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI”, que fue aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado 16 de febrero.

Con arreglo a la nueva normativa, los mayores de 16 años podrán cambiar su nombre e identidad de género (hombre o mujer) en el Registro Civil, sin requisito alguno que no sea su deseo expreso, derogando los requisitos hasta ahora en vigor, cuales eran la presentación de un informe médico que diagnosticara la disforia de género y demostrar que se llevaba más de dos años en proceso de hormonación. En cuanto a quienes se encuentren entre los 14 y los 16 años, deberán contar con el consentimiento de sus progenitores y los que se hallen entre los 12 y los 14 años deberán aportar, además, un aval judicial. En cuanto a los menores de 12 años, solamente podrán modificar su nombre para ajustarlo al género con el que se identifican. Por su parte, la decisión de los mayores de 16 años, debe ser ratificada por éstos tres meses desde la solicitud, y a partir de los seis meses pueden revertir su decisión y regresar al sexo inicial, o sea, una especie de viaje de ida y vuelta, que, en caso de que se lleve a cabo por tercera vez, tendría que pasar por la decisión de un Juez, a fin de dirimir si nos encontramos ante un caso de fraude de ley y siempre que los cambios orgánicos no sean irreversibles.

Ni qué decir, que como toda norma que sale de una cocina calcinada por la fobia y la perversión, cual es la que llevan entre manos en el Gobierno de Coalición, la imprevisión impregna todo el entramado legal, y así, los funcionarios carecen de instrucciones para llevar su función a cabo, así como falta de la formación adecuada para ello, denuncias realizadas por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que advirtió de que la falta de instrucciones claras por parte del Ministerio de Justicia, estaba creando problemas, pues no en vano dichos funcionarios deben informar de las consecuencias jurídicas de la rectificación solicitada, y en el plazo de tres meses volver a citar a la persona implicada en este proceso a fin de que ratifique su solicitud, aseverando la persistencia de su solicitud y comprobar la documentación pertinente a fin de dictar resolución.

Y como no podía ser de otra manera, en esta cacería que desde el Retroprogresista Criminal Gobierno de España, se cierne sobre la ciudadanía, la citada Ley Trans, prevé multas de hasta 150.000 euros (que aquí parece que toman a todos con el patrimonio que acaban alcanzando los zascandiles de los Partidos Políticos, léanse principalmente del PSOE y del PP, para los cuales esa ingente cantidad debe ser pecata minuta, asimilable a la limosna que se deja en el platillo de un mendigo callejero) por contravenir, criticar o atentar contra la norma que tan pomposamente alimentan sus egos, cuestión criticada por las feministas de pata negra, es decir, las auténticas, que haberlas, haylas, que denuncian “censura de la libertad de expresión” y la tachan de “mordaza”. O sea, el trágala a que nos acostumbra esta gentuza, comulgar con ruedas de molino, con carros y carretas o autoconvencernos de que los burros vuelan.

Y en relación con este problemático tema, no dejar de traslucir dos opiniones de expertos (de esos de verdad y no de esos de los que se rodean nuestros miembros del Gobierno, expertos de pacotilla, a la vez que papanatas, tipo Fernando Simón) de renombre, tales como los de Javier Urra (Psicólogo forense en la Fiscalía de Menores), para el que la Ley Trans plantea aspectos que “dejan en indefensión a los menores”, añadiendo que “Nadie nace en un cuerpo equivocado. Es un tópico erróneo” y que “ya hay casos de adultos ‘trans’ arrepentidos que demandan a la Sanidad Pública”: o José Cabrera y Forneiro (Psiquiatra y Médico Forense) para el que “Detrás de la Ley ‘Trans’ hay interés por generar caos en los menores”, asegurando que en sus 42 años de carrera solo ha visto “dos casos auténticos de necesidad de cambio de género” y que “Un día el Gobierno deberá responder por estas acciones temerarias y sus consecuencias”, aunque, añado yo, los que responderemos seremos los ciudadanos en su totalidad, mientras los creadores de todo este tipo de aberraciones se irán de rositas con el bolsillo a reventar.

Sirva de ejemplo para aflorar lo pernicioso de esta ley, la dimisión de La Primera Ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, a consecuencia de la crisis desencadenada por su controvertida Ley Transgénero, demostrando que aún quedan políticos que se visten por los pies, aunque sean del genero femenino, y no como la panda de chulos y marionetas que asientan sus posaderas en las poltronas del Consejo de Ministros de España.

Y abundando en este énfasis para crear el monstruo, desde el Ministerio de Universidades se está preparando la publicación de órdenes en relación con la formación de maestros de primaria, que reducen de 18 a 6 los créditos en Matemáticas (España seria el país de la UE en el que menos formación recibirán sus docentes en esta materia) lo que ha hecho poner el grito en el cielo (ese cielo que pretendía alcanzar Pablo Iglesias, otrora “El Coletas” y quizás, aún, “El Macho Alfa”, teniéndose que conformar con un modesto puesto en el Infierno) a la Real Sociedad Matemática Española (RSME), y asimismo se reducen los créditos en Lengua Española y Ciencias Sociales, todo ello con la aviesa intención de aumentar las horas y créditos en “diversidad sexual”, a fin de que los maestros, aunque los alumnos sean unos zopencos en Matemáticas, Lengua y Sociales, se conviertan en unos eruditos en sexualidad, activa y pasiva, quizás, teniendo como libro de cabecera el “Kama-Sutra”, a fin de poder explorar todos los orificios concernientes al sopicaldo penevulvar y a los derechos de bragueta, a que regularmente se refiere Juan-Manuel de Prada, y conseguir el éxtasis a través de la masturbación, según pontifica la ignara y vacaburra, Secretario de Estado y segunda de a bordo del Ministerio de Igualdad, Ángela Rodríguez ‘Pam’, lo que nos lleva a la conclusión de lograr descifrar la causa del inmenso aumento de suicidios, autolesiones y otros alarmantes comportamientos entre los menores. ¡Menudo cacao en mentes tan desvalidas e indefensas! ¡Vamos bien!, pero derechitos al caos total.

Albacete 8 de marzo de 2.023

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