Para quien en el año nuevo se planteara también aquello de la vida nueva, tiene un potente elemento dinamizador en la decoración. Nada mejor que dar un cambio en el hogar, el que debe ser sinónimo de bienestar, el que debe insuflar energías para cambiar en otros aspectos de la vida que necesitan que se tomen las riendas.
Las estancias de la casa se pueden cambiar por muchos motivos, sobre todo desde un punto de vista funcional en determinadas épocas del año, como la primavera, y con idea de remplazar enseres que puedan agravar las posibles alergias. Pero uno de los elementos a combatir en cualquier fecha es el estrés.
El estrés se combate desde el hogar, entre otras cosas, con un buen descanso. Y, para conseguirlo, nada mejor que tener un lugar armónico, despejado, limpio, que invite a la relajación, que aporte comodidad. Muchos son los que se han dejado abrazar por técnicas como enfeng shui, que se basa en la máxima de la ocupación armónica del espacio para que la energía no deje de fluir.
Así que, recopilando, es necesario cambiar la decoración como prueba gráfica de ese cambio que también se está buscando en la vida, o bien para prevenir o combatir esas situaciones indeseables, como el estrés.
Lo que se puede hacer…
Una web de referencia en vivienda en España es Idealista, que también da sus consejos de decoración, tirando de los básicos que siempre merecen ser recordados.
Lo de la búsqueda de la armonía, por ejemplo pasa por la elección de un estilo decorativo con el que quien vaya a habitar los espacios se sienta identificado: minimalista, rústico, ecléctico… Pero hay algo incluso más básico que eso.
Uno de los errores más habituales en decoración es no tomar bien las medidas del espacio antes de adquirir los muebles, y dejarse llevar por solo por la estética o por el precio de estos. El fallo es aún más garrafal si hablamos de espacios pequeños, con muebles que lo abarrotarán enseguida porque, entre otras cosas, no se están aprovechando las esquinas (para que lo que son ideales los muebles rinconeros).
Así pues, lo primero que se puede y se debe hacer es medir bien, aprovechar bien cada rincón y dar a la luz el máximo protagonismo. Porque sí, la falta de iluminación también suele ser un error, capaz de arruinar todo lo demás. Recuerda los consejos de Idealista: iluminación indirecta y cálida en pasillos y habitaciones, luz blanca en la cocina y en los baños.
...y lo que no
De lo que sí se aconseja hacer se pueden sacar bastantes conclusiones en cuanto a lo que no.
De lo de “aprovechar bien la luz” se puede extraer que hay que evitar el mal uso de cortinas. Éstas están pensadas para vestir el ambiente, no para restar iluminación todo el tiempo. Además, se suele caer en el error de colocarlas justo al nivel de la ventana, cuando lo ideal es ubicarlas desde más arriba para aprovechar la sensación de más espacio que ofrece su verticalidad. Por otra parte, si se eligen colores estridentes o diseños alejados de lo clásico, se corre el riesgo de que cansen rápidamente.
Otro error común es llenar el espacio con accesorios decorativossin orden ni concierto, sin seguir una línea armónica, o colocar éstos mal. Si se quiere poner algo, sirva como pista que un básico para agrandar el espacio es situar espejos en las paredes opuestas a las ventanas. Si se el inquilino se decanta por cuadros, una buena idea es hacerse con varios pequeños y agruparlos juntos. Eso sí, estilos como el minimalista no lo aceptan, tan solo elementos que sigan el criterio de la austeridad y de lo rectilíneo.
El poder de los detalles
Los pequeños detalles son potentes agentes de cambio. Se puede pensar, por ejemplo, en las fundas del sofá y los cojines, o en el lienzo que cubre la mesa. Lo ideal es cambiarlos estación tras estación, e ir jugando con los colores según en la que nos encontremos: más vivos en primavera y verano, apagados en otoño e invierno.
En ocasiones, un artículo que sea tan funcional como estético, si se escoge bien, puede suponer una verdadera revolución en el espacio, conseguir imprimir carácter a los lugares más anodinos. Si estás pensando en comprar un perchero, puedes echar un vistazo a esta tienda de percheros, como modelos originales y modernos para todos los gustos.
También se le suele dar poco valor al DIY (siglas en inglés de “hazlo por ti mismo”), puede que por la falta de tiempo generalizada. Se trata de aprovechar objetos que ya se tienen para darles un nuevo uso a partir de su modificación, que puede ser el mismo pero con otra imagen. Con simples cajas de cartón (se pueden comprar cajas en Cajeando.com/carton-simple/simple-extra, siguiendo el enlace) se pueden tener nuevos almacenes que además, decorados al gusto, aporten personalidad.
Otra opción sencilla es reservar en algún de la casa, como la cocina o el cuarto de los niños, un espacio en la pared que llevaría pintura de pizarra. Eso permite que se dé rienda suelta a la creatividad a cada momento, hacer regalos con frases cada día, ir cambiando los mensajes o los dibujos de forma que nunca que a nadie le dé tiempo nunca de cansarse.
Cuando con la decoración no basta: reformas
Hay veces, sin embargo, en los que pequeños detalles no bastan, y hay que meterse en molestas obras que, además, suelen llevar costes asociados que no se pueden afrontar en cualquier momento.
Una empresa de reformas de cocinas trata de dar una respuesta aproximada a la pregunta que más miedo da cuando hay que afrontar una ¿cuánto cuesta la reforma de una cocina? Para empezar, habría que considerar qué tipos de azulejos y pavimento se van a colocar, sabiendo por ejemplo que el metro cuadrado suele estar en los 15 euros (precio que variará para si se elige gres porcelánico u otros). De media es posible gastar unos 400 euros en este apartado de la reforma de la cocina.
A ello habría que sumar los muebles nuevos, que Construccions Font señala como lo más costoso: unos 1.300 euros. También la fontanería, considerando la retirada de tuberías viejas e instalación de nuevas, unos 800; la electricidad, unos 400 y otros conceptos como la encimera, el falso techo y la mano de obra. Antes de hacer un cálculo general que pueda estar equivocado, sin embargo, lo mejor es solicitar un presupuesto personalizado.
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