Los filtros de categoría 2 aseguran una buena protección frente al deslumbramiento, los de categoría 3 una alta protección y los de categoría 4 una muy alta.
Durante todo el año debemos proteger nuestros ojos de la radiación ultravioleta con unas gafas adecuadas, especialmente en los meses de verano que los rayos solares caen perpendicularmente sobre la Tierra, lo que resulta más peligroso para nuestra salud.
A la hora de adquirir unas gafas de sol debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones que la Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública y Consumo, facilita a las personas consumidoras los requisitos que deben reunir estos artículos y alerta acerca de los riesgos derivados de una compra o un uso inadecuados.
La elección de gafas de sol depende de la luz ambiental y de la sensibilidad a la luz, por lo que se aconseja en caso de duda consultar con un oftalmólogo y también llevar a cabo la compra en establecimientos de confianza, donde queden suficientemente acreditados el origen y autenticidad del producto.
Estos artículos están considerados como un equipo de protección individual (EPI) de categoría I y se diferencian en varios tipos y categorías de filtro, en función de la capacidad de absorción de radiación ultravioleta y visible que posean.
Así, es importante tener en cuenta que un filtro de categoría 0 proporciona muy poca protección frente al deslumbramiento y por ello está más destinado al confort y la estética.
El filtro de categoría 1 supone poca protección frente al deslumbramiento mientras que los de categoría 2 aseguran una buena protección, los de categoría 3, una alta protección y los de categoría 4, una muy alta.
Información en el etiquetado
Todas las gafas de sol deben venir acompañadas de la siguiente información: Marcado CE visible, legible e indeleble, que garantiza que cumplen con todos los requisitos legales y de seguridad para ser comercializadas en la Unión Europea; identificación del modelo; nombre y dirección del fabricante; referencia a la norma ISO 12312; tipo de filtro fotométrico, polarizado o degradado; categoría del filtro; instrucciones de cuidado, si procede, así como sobre si el uso incorrecto de productos de limpieza puede dañar la gafa y una lista de productos dañinos no aptos para la limpieza.
También debe informarse sobre las restricciones de uso figurando las indicaciones “no aptas para la observación directa del sol” o “no aptas para la protección frente a fuentes de luz artificial, como las cabinas de UV en solárium”.
En el caso de los filtros de categoría 4 o aquellos que no cumplan los requisitos correspondientes, además indicará “no adecuado para la conducción de automóviles o usuarios de carretera”, pudiendo expresarse también mediante los símbolos correspondientes. No obstante, se pueden dar otras restricciones como “no apto para la conducción por la noche o en el crepúsculo o en condiciones de poca luz”.
En todo caso, antes de efectuar la compra es importante verificar que las gafas elegidas incluyen el marcado CE y la categoría del filtro, especialmente si la compra se hace por Internet.
Por último, conviene saber que las gafas más oscuras no son siempre las que protegen de las radiaciones y que las gafas de juguete para niños pueden no dar la protección adecuada frente a las radiaciones solares.
Para obtener más información o plantear reclamaciones al respecto, pueden dirigirse a las direcciones provinciales de la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha o a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de su localidad.