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La España de charanga y pandereta

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 29 de abril de 2015, 00:05h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente
Si nuestro inmortal Antonio Machado levantara la cabeza podría comprobar en vivo que la “España de charanga y pandereta” que en su época oteó y palpó, en la actualidad ha aumentado infinitesimalmente, de manera que la de hoy dejaría en mantillas a la de ayer, y ese “Narciso” a que se refería en el punto VI de sus “Proverbios y Cantares”, a la sazón,  “ese tu Narciso/ ya no se ve en el espejo/ porque es el espejo mismo”, bien pudiera referirse al Partido Popular y por reducción a su Presidente y del Gobierno, Don Mariano Rajoy Brey. En relación con éste, todos recordamos aquel rifirrafe dialéctico que mantuvo por Diciembre de 2.005, con el entonces Presidente del Gobierno, Don José-Luis Rodríguez Zapatero, en el que a la invectiva de éste sobre aquél llamándole “patriota de hojalata”, aquél le respondió a éste con un rotundo “bobo solemne”. Pues bien, a la vista de los acontecimientos y dada la trayectoria que han seguido el Partido Popular y su Presidente y del Gobierno, Don Mariano Rajoy Brey, a día de hoy, no deja lugar a dudas de que cuando éste catalogó a aquél de “bobo solemne”, en realidad ocurría que el Sr. Rajoy Brey, en ese momento de inspiración, se estaba mirando de frente al Espejo-Narciso (como la madrastra en el cuento de Blancanieves) y se estaba viendo retratado en el mismo.
Pues bien, hoy por hoy, en esta España de charanga y pandereta, en la que el Partido que gobierna, el Partido Popular, está de mierda hasta las cejas, sin que pueda mirar a ningún punto cardinal por el que no aparezca una enorme mancha de chapapote de corrupción, y que sigue silbando y mirando para otra parte como si la cosa no fuera con él y, si es preciso, responsabilizando al mensajero de todos sus males, que no son pocos, como se comprueba día a día con los nuevos y graves casos de corrupción que se destapan y que dan que pensar en un “¡Dios mío, qué será lo que no sale a la luz!”, el poder Estatal, Autonómico, Provincial y Municipal, ha puesto en marcha la maquinaria del rodillo de sus terminales recaudatorias, de tal manera que a quienes  están manteniendo en pie los cuatro palos del sombrajo a que ha quedado reducido este país, aun hoy, a duras penas, llamado España, con el ánimo de dejarla convertida en un verdadero y auténtico erial, al que aún se mantiene con vida, aun con respiración asistida, tratan de sacarle hasta el último céntimo de euro que le es necesario para subsistir, empresarial y personalmente, o sea, para mantenerse a sí mismo y a su familia, con un mínimo de decoro y dignidad, pues tales terminales están entrando a saco (bajo el lema de “recaudar como sea”) hasta el alma del administrado, convertido en súbdito (que eso es lo que somos hoy en esta España, dicen que democrática y de Estado de Derecho, que más bien sería de Desecho) y queda sometido a un trato desigual, pues la Administración, y especialmente esas terminales recaudatorias a que me refiero, está investida de unas prerrogativas y un poder absoluto, en un proceso en el que a las razones del ciudadano le son opuestas las sinrazones de la Administración, por las que hay que pasar, sí o sí, y ante la que aquél siempre comparece como reo de delito de “lesa majestad” y presumiendo siempre su culpabilidad. Y la prueba de que no estamos ante un plano de igualdad, lo tenemos en el hecho de que aunque el ciudadano, para justificar un incumplimiento, alegue que ha sido debido a un simple error, involuntario, que en muchos casos es claro y palmario, no le vale, pues tendrá segura la multa, la sanción y los intereses de demora, mientras que si en un requerimiento de la Administración, se prueba que ésta es la equivocada, “no passsa” nada y borrón y cuenta nueva y ni siquiera una petición de perdón y sin que haya sanción para el órgano que, temeraria y arbitrariamente, haya ordenado la iniciación del expediente, cuando en este caso, “mutatis, mutandi”, debería ser la Administración quien sufriera la sanción, resarciendo al ciudadano las molestias inferidas, los daños y perjuicios ocasionados, tanto económicos, como morales, pues siendo esto así antes de apretar el botón para iniciar un expediente el funcionario de turno se lo pensaría dos veces y se aseguraría de la viabilidad de sus pretensiones.
No quiero pensar que esta presión fiscal y tributaria, que se está apreciando en los últimos tiempos y que va “in crescendo”, arropada por la fuerza, por el “imperium” y por la “auctoritas” de la Administración, que se convierte en un monstruo de siete cabezas contra el que no se puede luchar, sea que la “casta política” gobernante intuya que en las próximas citas electorales va a perder una importantísima cota y cuota de poder y quieran a marchas forzadas llenar las alforjas previendo una larga travesía por el desierto de la oposición, aunque ejemplos clarividentes hay de que, aun estando en ésta, las corruptelas no cesan.
Quizás en esa línea, vayan las dos veces en que a la Secretaria General del Partido Popular y Presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, le haya traicionado el subconsciente, al declarar que “hemos trabajado mucho para saquear nuestro país adelante”, a lo que se puede unir el fino análisis del Director de la Agencia Tributaria en el Congreso sobre que los datos de los que dispone sobre el fraude fiscal son la “repera patatera”, para finalizar, por el momento, con el nuevo emprendimiento emprendido, valga la redundancia, por Vicente Martínez Pujalte y Federico Trillo, consistente en el “asesoramiento oral” a empresarios, mientras se toman en un bar dos cafés al mes.
Y mientras esto sucede, la “casta política”, especialmente la gobernante, sigue erre que erre, dilapidando hasta el ahorro de la “caja de pensiones” a la que le da, de vez en cuando, una dentellada aterradora, sólo comparable a  la que Drácula le daba a sus víctimas en el cuello para chuparle hasta la última gota de su sangre, y la deuda pública sobrepasa con creces ya el billón de euros, que no podrán pagarse ni siquiera en tres generaciones venideras. Presume el Gobierno de no haber acudido a Europa para el rescate de la Nación, pero es que el rescate nos lo ha aplicado él mismo, directa y salvajemente y, además, sin anestesia, dejando sobre el terreno patrio un reguero de cadáveres calcinados, sumidos en la miseria, la ruina y la pobreza, por la crisis y por la corrupción  de la “casta”.
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
29 de abril de 2015
 
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