Fernández, en su comparecencia para informar de los acuerdos del Consejo de Gobierno, ha respondido a preguntas de la prensa sobre las palabras del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien ha vinculado los malos datos de la EPA en su región por la pérdida de ocupados en el campo con la subida del SMI.
En Castilla-La Mancha, donde también subió el paro y bajó la ocupación en el tercer trimestre de 2019, Fernández ha dicho que esos datos responden a la inestabilidad política por la falta de gobierno en España en el último trimestre del 2019, así como a una campaña de aceituna mala con baja producción y bajos precios del aceite al tiempo que hubo una buena producción en otros países productores y exportadores de aceituna, lo que ha afectado a Castilla-La Mancha en el último trimestre "muy duramente".
La consejera ha reconocido que "es verdad" que, en el sector agrario, la subida del SMI "puede tener una incidencia negativa cuando las cosas no van bien", y en ese sentido ha explicado que, "si en el sector olivarero esta campaña va mal porque hay una mala cosecha y unos precios muy bajos, el tener que pagar salarios más altos es otra carga en los costes de producción a cuenta de los agricultores, que este año y en este sector están siendo muy damnificados".
Ha aclarado, no obstante, que "eso no quiere decir que el Gobierno de Castilla-La Mancha se posicione en contra de la subida SMI porque "la gente tiene que poder comer y poder vivir una vida digna con su trabajo. Esto es una realidad que no podemos obviar".
Fernández ha añadido que interpreta que lo que quizás quería decir el presidente extremeño es que "cuando se suba el SMI hay que hacer un análisis muy bien por sectores económicos, para ver el impacto que tiene ese incremento en algunos sectores como el agrario y analizar medidas compensatorias para el sector sin que necesariamente tenga que perjudicar a los trabajadores, que tienen derecho a mantener a sus familias y tener una vida digna con su trabajo".
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