Los hosteleros de Albacete reivindican en la puerta del Ayuntamiento su derecho a trabajar

La hostelería albaceteña atraviesa un momento crítico desde que el día 22 de diciembre se decretase el nivel 3 de medidas ante el coronavirus en la capital y en muchos sitios de la provincia. Desde ese día la hostelería solo podía abrir las terrazas y algunos de los hosteleros siguieron adelante, abriendo sus bares y restaurantes pese al frío, la nieve y la climatología que hace en Albacete, aun sabiendo en muchos casos que esa apertura era otra forma de perder dinero.

Cuando hace un par de semanas se decidió que toda la región entrarse en nivel 3 reforzado la hostelería tuvo que cerrar totalmente sus puertas, dentro y fuera. Todo cerrado. Solo unos pocos lugares de servicio a domicilio siguen abiertos para pedidos, prácticamente nada.

Los hosteleros ya venían de meses de cierre, en el confinamiento y la desescalada, luego restricciones horarias y de aforo desde el inicio del verano. Llegaron más restricciones y menos aforo en octubre y la ‘puntilla’ en diciembre, obligando a cerrar los interiores justo antes de Navidad, echando por tierra las esperanzas de alguna recuperación. El ‘toque final’ el cierre total de enero.

Se han repetido las concentraciones y manifestaciones de los hosteleros de Albacete, como ha ocurrido en otros lugares de España. Muchos de ellos también están ya en asociaciones que directamente han denunciado al Gobierno de España por sus decisiones, y seguirán las denuncias también contra las autoridades regionales.

Se sienten desamparados, maltratados, humillados y hasta odiados. Las decisiones políticas les hace parecer ‘sospechosos’ de ser culpables de muchos de los casos de covid en España, en este caso en Albacete.

En la concentración de hoy, ‘almuerzo’ lo han denominado ellos. Se han concentrado frente al Ayuntamiento de Albacete, piden simplemente que les dejen trabajar, ni más ni menos. Además, entienden que deberán tener ayudas porque les obligan a cerrar, a no facturar, no ingresar pero sí pagar alquileres, seguros de autónomos, seguros de locales, gastos de luz, de agua y de diversa índole. Ha habido ‘invitación’ a bajar con ellos para el vicealcalde Emilio Sáez y para el alcalde Vicente Casañ. Lo cierto es que para este último los gritos de crítica han sido más y más altos que para los demás. Queda claro que hay malestar con él por la situación que atraviesan.

Seguirán con sus concentraciones, con sus diferentes formas de protesta, pero de momento no parece que les vayan a dar una solución ni rápida ni positiva, más cuando desde el gobierno regional se critica al madrileño por mantener la hostelería abierta. Por cierto, en Madrid han bajado los casos, como aquí, solo que allí no han cerrado la hostelería. No es de extrañar que entre los asistentes hubiese algunas pancartas en las que se pedía poder tla cara de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y en las que se podía leer "Queremos una ‘Ayuso'.